Socialismo o Barbarie, periódico Nº 183, 20/08/10
 

 

 

 

 

 

Media sanción al 82%

Votar para que todo siga (casi) igual

Por Marcelo Yunes

Pasaron catorce meses desde el triunfo opositor en las elecciones hasta que pudieron, finalmente, votar algo en contra del gobierno: en este caso, la media sanción en la Cámara de Diputados al 82% para las jubilaciones mínimas. Por supuesto, a ninguno de los derechistas del “Grupo A” se le cae una lágrima por los jubilados (da risa sólo imaginarlo), sino que buscan, por un lado, quedar como “amigos del pueblo”, y por el otro, poner a los Kirchner en la incómoda situación de rechazar (incluso con veto presidencial) una medida “populista”.

Un motivo adicional para el súbito amor del duhaldismo, Patricia Bullrich, Felipe Solá, De Narváez y Cía. por los jubilados es que el dinero en cuestión debería salir de las arcas de la ANSeS, esto es, de la famosa “caja” con la que el kirchnerismo hace y deshace políticas y alianzas.

No por otra razón Cristina advirtió que la movida opositora apuntaba a “un nuevo default”. Ya antes de la votación en Diputados se quejó de que la oposición no decía de dónde iba a salir la plata. Los opositores del “Grupo A” replicaban que “la plata está”.

¿Está o no? Sí y no. Se puede pagar durante un tiempo, pero si no se agranda la entrada de recursos a la ANSeS, pagar el 82% es como abrir la canilla de un tanque mientras se lo llena con un gotero, tarde o temprano, se termina vaciando. Es por eso que algunos proyectos de la centroizquierda (Lozano, Sabbatella) proponían “recargar el tanque” con las contribuciones patronales eliminadas por Cavallo cuando se instaló el sistema de las AFJP.

Pero en esta discusión todos muestran la hilacha. Si a la oposición de derecha realmente le importara el ingreso de los jubilados, no votaría un esquema que, como saben muy bien, es 82% para hoy y 35% para mañana. Y si el gobierno realmente quisiera hacer todo “lo posible” para recomponer las jubilaciones, no se opondría, como lo hace, a obligar a los patrones a financiar a la ANSeS como antes de 1993.

Ni hablemos de la “centroizquierda”. Si Lozano realmente fuera tan “progresista responsable” que quiere aumentar a los jubilados con plata de los capitalistas, no le habría facilitado al Grupo A la votación de una propuesta que no les quita un solo peso. El cuento de “que se vote el 82% en general y después incluimos el financiamiento” no se lo cree ni él. La prueba es que Pino Solanas, jefe de bloque de Lozano, le lanzó flores a la impresentable Carrió luego de que ella se fuera del Acuerdo Cívico… por la derecha, y a días de haber sido la más rabiosa defensora de los sojeros y de Biolcati en la Exposición Rural. Si eso es de “centroizquierda”, uno se alarma pensando qué será de derecha. A todo esto, la otra pata de la centroizquierda, el bloque de Sabbatella, también agitó el regreso de las contribuciones patronales pero terminó pegado al gobierno. Como siempre, ninguno fue capaz siquiera de posar como mínimamente independiente de los dos bandos patronales en disputa.

El resultado de todo esto, los empresarios seguirán sin poner un centavo para financiar las jubilaciones, el gobierno verá cómo bloquea la sanción efectiva del 82%, en el Senado o mediante veto, y la oposición subirá un par de puntos en las encuestas gracias al costo político que deberá pagar el oficialismo. Que acaso no sea tanto, según una encuesta publicada en La Nación el domingo 15-8, el aspecto en el que el kirchnerismo es mejor visto por el electorado es justamente el manejo del tema previsional.

Pero ¿y qué va a pasar con los jubilados, que tienen derecho (todos, no sólo los que cobran la mínima) al 82% del sueldo activo, financiado con plata no sólo de los trabajadores, sino también de los patrones? Ah, qué lástima: ésos, justamente, no van a recibir nada.