Socialismo o Barbarie, periódico Nº 183, 20/08/10
 

 

 

 

 

 

Bolivia

El verdadero problema del MAS es con
los explotados y oprimidos

Por Martín Camacho
Socialismo o Barbarie Bolivia, agosto 2010

Desde hace varios meses hemos venido presenciando luchas que provienen de sectores masistas. La disputa es cada vez más grande por un pedazo de las ganancias hidrocarburíferas... ganancias que nunca llegan a la población empobrecida y cansada de promesas y más promesas. Después de las elecciones pasadas del mes de abril la situación política cambió bastante en el país.

Esta última elección dejó en claro que las cosas no estaban para andar “jugando”. Pero al gobierno del MAS no le queda otra que seguir arremetiendo contra la población explotada y oprimida aunque esta acción vaya socavando las propias bases que lo llevaron al poder... En toda esta última etapa se fue dando una tónica similar: con la oligarquía del Oriente bastante derrotada –sin poder de acción– después del desastre de septiembre del 2008, la coyuntura se caracteriza más por los enfrentamientos entre el gobierno reformista y el movimiento popular.

En menos de seis meses se han dado cuatro luchas sociales de importancia que se apartan de la tónica que venía llevando el gobierno de aplacar los conflictos: presionado por los mismos, intenta deslegitimarlos con la sucia acusación de que cada lucha que sale desde abajo contra el gobierno del MAS sería “producto de la derecha que quiere voltear al gobierno”... Que esto es una redonda mentira y explicar el por qué de estos conflictos populares será el objetivo de este artículo.

La primera huelga general bajo Morales y Linera

La primera gran protesta fue la del movimiento obrero sindicalizado: de parte de los fabriles y el magisterio. Esto venía sucediendo desde principios de año. Desde esa época se movilizaron en marchas especialmente por la ciudad de La Paz. Los temas de las protestas fueron la Ley de Pensiones, la Ley Laboral y el aumento de salarios. Estos fueron los puntos de reclamo.

Este conflicto fue adquiriendo una dinámica crecientemente en contra de las direcciones traidoras de la COB –y la Confederación del magisterio– las que terminan traicionando a las bases por la vía de un acuerdo con el gobierno que de ninguna manera satisfizo realmente las reivindicaciones de la lucha. El elemento más importante de esta primer gran protesta del año es que se trató de la primera huelga general que tienen que sufrir Morales y Linera.

No se trata de algo menor, sino de una señal de alerta: ¡es la primera vez en cinco años que se da una oleada de luchas obreras que desborda al gobierno masista! No sólo que lo desbordó: las bases que lo propiciaban eran... un sostén del propio gobierno. Si bien la pelea fue contra el gobierno, también es un hecho que no se lo terminó tocando directamente: las direcciones lograron imponer un poco el típico teatro de que el problema no eran Morales y Linera sino... “los ministros corruptos que están en el poder”. Igualmente, se empezó a sentir el descontento hacia Morales y su proyecto de cambio. Que en realidad –más allá de reformas muy menores– se parece bastante a un más de lo mismo pero con discurso “populista”. Igualmente no le tembló la mano en salir a reprimir las marchas, o poner presos a varios fabriles. Esto trajo el descontento de todo este sector.

El magisterio y fabriles realizaron la marcha después de la traición de la COB con miles y miles de personas caminando por el altiplano. Si bien el magisterio de La Paz es dirigido por el POR, la gente que se sumó a esta marcha –tanto el magisterio de El Alto como el magisterio rural– no eran dirigidos por esta organización. O sea: las bases eran del MAS; bases pero hoy están peleando en contra de las medidas neoliberales que está imponiendo el gobierno. De alguna manera esta primera lucha aún continúa: en los últimos días estos dos sectores realizaron una marcha conjunta determinando un avance en la organización. Además, el pedido de aumentos salariales está presente: el mísero aumento del 5% (que hasta en algunas fábricas no se quiso aumentar) determina continuar la lucha por mejores condiciones laborales. Lo que queda en claro es que este gobierno, después de “salir a despejar la cancha”, quiere volver a los años anteriores donde los trabajadores no tenían decisión.

Esto es lo que plantea el gobierno para seguir su política de ajuste. Continuar dándoles palos, y que “el proceso de cambio” pase por otro lado... Porque la verdad es que frente a los reclamos populares su “respuesta” ha sido ir contra los derechos de los trabajadores para que la patronal siga obteniendo sus jugosas ganancias tal cual lo plantea el proyecto del Código laboral.

Caranavi: un pueblo que se levantó para pedir fuentes de trabajo... el gobierno le responde con muertos

Como venimos viendo hace tiempo, varias de las luchas que ocurren son producto de la falta de trabajo. El caso de Caranavi no difiere mucho se lo que se viene viendo en todo el país: la pelea por más y mejores fuentes de trabajo.

Este fue el eje de un conflicto donde no casualmente los que más participaron en los enfrentamientos fueron los jóvenes. Este conflicto data de hace más de dos años cuando el gobierno prometió la instalación de una planta procesadora de cítricos. Recordemos que esta localidad era uno de los bastiones del MAS. Sin embargo, las cosas se fueron dilatando hasta el cansancio. Y como venimos diciendo, lo que termina de desencadenar todos los conflictos es la última elección de abril, donde la gente trabajadora empieza a no tenerle más paciencia al gobierno y exige medidas de hecho y no más palabras de “socialismo” o “proceso de cambio” cuando todo sigue igual o peor.

La disputa tenía que ver con dónde se instalaría la planta de cítricos. Las opciones eran o en Alto Beni (más específicamente en Palos Blandos) o en la localidad de Caranavi. Acá estaba metido –con intereses de por medio– el senador Fidel Surco (el cual, para colmo, hace unos días se lo encontró conduciendo en estado de ebriedad...). La dilatación de solucionar los problemas llevó a los pobladores a tomar medidas de hecho como los bloqueos de caminos para que sean escuchados. Esta medida fue realizada a menos de un mes de haber sido la elección de abril.

Esto demuestra lo mal que había quedado el gobierno sin tener la victoria que pretendía. Por supuesto que el gobierno no se prestó al dialogo y siguió con su política de seguir dilatando el conflicto. Los días pasan y el gobierno prepara la arremetida con más de mil quinientos policías por toda respuesta al reclamo. Se inicia así una casa de brujas a los dirigentes del sector: “los dirigentes están en la clandestinidad y los teléfonos están intervenidos. Todo es una dictadura, nunca pensamos que el segundo bastión del MAS iba a quedar de esta manera”, dice uno de los dirigentes que pasó a la clandestinidad por la persecución que realizaba la policía en esos momentos. Por supuesto que el saldo fue de muertos en un número de tres, heridos de bala y presos, esto más allá de la intervención que la policía hizo al pueblo violando todas las normas. El gobierno masista a través de sus ministros tal como el viceministro Gustavo Torrico y el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, fueron los causantes directos de estos atropellos contra la población.

Su política no fue muy distinta con los casos que se vienen dando: la acusación de que el movimiento de lucha es “financiado por agencias de los Estados Unidos” y hasta que había “grupos guerrilleros”, se salió a decir desde palacio de gobierno. ¡Una mentira escandalosa, una verdadera provocación! Esta es la dinámica que viene llevando el MAS: toda persona que sale a pelear en estos días es tratada de por lo menos “agente del imperialismo”... Nada nuevo bajo el sol: se trata del viejo y sucio truco de todos los gobiernos reformistas que en el mundo ha habido.

Lo que reflejan estos sucesos es que al gobierno no le temblará la mano en seguir reprimiendo como lo hacían los anteriores neoliberales: sean quienes sean los sujetos que se den a la lucha –obreros, campesinos, estudiantes, pobladores– el gobierno seguirá con la medida de reprimir. El lema para Morales y Linera parece ser “acá nadie saca los pies del plato”; o sea, todos calladitos esperando el supuesto “proceso de cambio”. O, sino, será reprimido y tratado de “agente de los Estados Unidos o de la derecha oligárquica”. En síntesis: cada vez es más evidente que este gobierno no es verdaderamente del pueblo ni viene a defender los intereses de los más explotados. Toda su política está en función de los intereses de determinados sectores de la burguesía que pide represión cuando suceden tales cosas.

Marcha de la CIDOB. Hacer respetar las autonomías indígenas

El tercer conflicto tuvo que ver con la cuestión de las autonomías de los pueblos indígenas. Como se sabe, la marcha de la Confederación de Indígenas del Oriente Boliviano salió desde el Beni-Trinidad, con un número bastante considerable de marchistas. Aproximadamente eran unos seiscientos, y cada día se incorporaban más. Desde los primeros días se escuchaban las voces de repudio por la acción que realizaban los indígenas del Oriente por parte del gobierno. Las demandas eran que la Ley Marco de Autonomías tenga el carácter real que se había propuesto.

El financiamiento para la autogestión de la población era uno de los puntos más fuertes, pidiendo también que esté contemplado el punto del territorio indígena y las consultas a los trabajos o exploraciones que hagan las empresas en territorio autónomo. Los dichos del gobierno fueron de todos los colores, empezando por el propio Evo Morales diciendo que la marcha era un “mamarracho”... Luego el ministro de Autonomías, Carlos Romero, puso algo de lo suyo acusando que la marcha estaba “financiada por USAID”.

Esta tendencia deja en claro las fisuras que están habiendo (y cada vez más importantes) entre las bases que lo apoyaron y el propio gobierno. La lucha porque la marcha no llegara a la ciudad de La Paz fue incluso a veces despiadada. Dividió a los sectores para que no termine de llegar la marcha. Por último, los acuerdos se resolvieron pero quedó un resquemor por la acción del ministro.