Socialismo o Barbarie, periódico Nº 183, 20/08/10
 

 

 

 

 

 

La lucha del pueblo potosino

Cuando el gobierno de Evo Morales es desafiado
por la izquierda

Por Martín Camacho
Socialismo o Barbarie Bolivia, agosto 2010

Presentamos a continuación un artículo que se terminó de escribir días antes que termine la lucha de la población potosina. Sin embargo, el mismo contiene todos los elementos que de alguna manera explican porque esta lucha terminó en un triunfo popular y como el tipo de proceso que se están viviendo en esta coyuntura en Bolivia están de alguna manera desbordando por izquierda el gobierno reformista de Morales y Linera.

Desde hace más de diez días que Potosí esta totalmente bloqueada por los pobladores, campesinos, mineros y población en general. La marcha del día martes 3 de agosto fue realizada por más de 100 mil personas. Al parecer todo empezó con una cuestión de “límites” pero el gobierno hizo oídos sordos como lo viene haciendo en la mayoría de los conflictos, esperando que si dilataba las cosas el problema “desaparecería”. Pasaron los días y los pedidos de “diálogo” rogándoles a los pobladores que acepten reunirse en un lugar “neutral”: Cochabamba o Sucre. Esto con la excusa que no estarían “dadas las condiciones por la seguridad de los ministros”. Queremos recordar que Potosí es el departamento que más ha apoyado en las elecciones al gobierno del MAS con un 75 %: de los 40 municipios, el MAS, ganó 34 en las últimas elecciones de Abril. Es este el departamento que los ministros no quieren ni pisar hoy por miedo a ser linchados por la población...

Los discursos repetidos de “cambios políticos” se quedan ahí y todos son discursos de forma y no de contenidos. Desde SoB Bolivia siempre afirmamos que éste no iba a revertir las relaciones económicas de sometimiento y explotación en el país. O sea, los explotados y oprimidos seguirán padeciendo tanto con el llamado “Estado republicano” o con el “Estado plurinacional”: ambos se basan en el capitalismo, en la explotación del hombre por el hombre y la propiedad privada. Por esto mismo, bajo el MAS, las bases de la producción y las condiciones de vida no han cambiado en lo más mínimo. Y es –en cierta forma– el hartazgo con esa situación lo que la gente expresó con el “ya basta de tanto discurso” de las elecciones de abril pasado. Por esto mismo la población potosina ha salido a la lucha: hay más de 250 puntos de piquetes con más de 2.000 personas ayunando. No sólo población se ha sumado, sino representantes de la Asamblea Plurinacional del MAS están en la misma lucha.

Los reclamos de la lucha potosina

Pero veamos que es lo que se está pidiendo. Encabezadas las luchas por el Comité Cívico, han arrastrado hasta el propio gobernador oficialista a seguir las medidas... La principal reivindicación tiene que ver con un problema de conflicto de límites (entre los ayllus indígenas de Coroma en Potosí y quillacas en Oruro) pero que “esconde” un reclamo económico, y siempre con el trasfondo de la pobreza general del país: se disputan un rico yacimiento de piedra caliza, materia prima para la fabricación de cemento. Además, se está pidiendo la instalación de esta fábrica de cemento; la puesta en marcha del complejo minero Karachipampa; también se pide la construcción de un aeropuerto. Éstas fueron las consignas en un primer momento. Pero al pasar los días, se fue sumando un reclamo más político: la reivindicación de la nacionalización del megaproyecto de San Cristóbal. Los trabajadores de esta mina, sumados a los de Sinchi Waira, también están movilizados y suspendieron sus labores. Sumado a que están bloqueadas las vías del tren para sacar el mineral hacia Chile.

Hoy por hoy el gobierno sigue rogando a los potosinos que “reflexionen” y “levanten las medidas de presión”. Por el otro lado, el gobierno masista mientras pide esto, ya está alistando planteamientos de enjuiciar a los que bloquean los caminos... El Ministerio Público, a través del fiscal Mario Uribe, plantea aplicar la Constitución “para que desarrolle las labores en el marco de las competencias que nos otorga la CPE y las leyes”. Y, por el otro lado, el ministro de Autonomías, Carlos Romero, sostuvo que “una huelga de hambre, como medida defensiva, expresa que la movilización en Potosí ha llegado a su máximo nivel de acumulación”. Todo esto en el marco de seguir desprestigiando a la gente y no tener una política de desarrollo económico para la región. Potosí, históricamente, fue la región mas relegada del país: hoy día es el departamento más pobre de Bolivia.

Lo que termina planteando el gobierno es una salida más dilatada aún: ir a 180 días para realizar una ley que definirá la situación del límite... Y también está el rumor de que la forma de dirimir el conflicto sea a través de un referéndum. Cosa que la población ya descarta de hecho. Hoy día se están pidiendo soluciones inmediatas, no cuentos chinos que no llegan a nada.

La paciencia tiene un límite

Esto es lo que estamos viendo en estos momentos. Donde el gobierno pensaba que la situación se establecía determinando “una nueva etapa después de cuatro años de conflictos” y que ahora vendrían “los cambios más importantes con la nueva Constitución”, está resultando todo lo contrario: las disputas hoy se trasladaron a otro sector que hasta hace un tiempo ponía el voto en el MAS teniendo la esperanza de que por fin algo cambiaria. Pero la paciencia tiene un límite. Y hoy lo está sufriendo el propio gobierno.

Entonces, estas luchas que están habiendo a lo largo de este año, son producto de la falta de acción del gobierno por los temas más sentidos: ¡sus límites, más allá de todos los discursos, como gobierno capitalista que es! O sea, las condiciones pésimas de vida sumadas a la falta de trabajo hacen un cóctel donde todo no es ganancia y no se realizan las acciones para mejor estas condiciones. Si no hay expropiación de los grandes propietarios de los medios de producción o de las tierras productivas se seguirá en esta situación.

Hay que desmitificar y aclarar la forma de Estado que tenemos hoy día que se llena la boca diciendo “socialismo” o “Estado plurinacional” que en el fondo termina siendo la misma explotación que antes: la del Estado capitalista raquítico y semicolonial boliviano de siempre.

La realidad es que Evo Morales no se movió mucho de los límites del capitalismo. Falta saber qué rumbo tomarán estas protestas. Hoy por hoy son todavía bastantes fragmentadas. Pero la acción en conjunto podría cambiar el panorama del país. El desafío es la unidad de los que luchan por mejores condiciones. Hoy día sigue estando en vigencia la frase Socialismo o Barbarie capitalista.