Como
es de público conocimiento, el Colegio Nacional de Buenos
Aires está en conflicto contra la intervención del
Rectorado de la UBA que removió a la rectora González Gass.
Desde el inicio, Tinta Roja denunció que el ataque del
Rectorado no era contra la rectora (contra la cual hemos
sostenido duras luchas en sus 3 años de gestión, con 3
tomas de colegio), sino contra la organización estudiantil,
y venía de la mano de elegir un nuevo rector de las
camarillas. Un rector que viniera a profundizar la destrucción
del colegio, con la venta del campo de deportes y el cierre
del turno vespertino que González Gass no pudo concretar.
En
los últimos días, los estudiantes empezamos a
procesar un importante debate acerca de cuál debía
ser el rumbo a seguir en este conflicto. Desde Tinta Roja,
sostuvimos la necesidad de retomar la lucha por la
democratización del colegio, es decir por Consejos
Directivos, que gobernaran el colegio y eligieran rector:
esta es la única manera de asestarle un golpe
efectivo al
poder antidemocrático
del Consejo Superior de la UBA, y poner el rumbo de
la educación en las manos de docentes, estudiantes y
no-docentes, quienes estudiamos y trabajamos en él
cotidianamente. Este ha sido el programa histórico de los
estudiantes, con el cual encaramos la lucha por la
democratización en los últimos años y que permitió
arrancarle al Rectorado la conformación de Consejos
Resolutivos, aunque éstos disten mucho de los exigidos.
La
Caravana (la agrupación de La Mella) y Desde Bolívar
(conducción del Centro y en frente único con La Mella),
dejando atrás el programa histórico de los estudiantes,
impulsaron un “rector desde las aulas”, es decir, que se
elija mediante voto directo y ponderado el nuevo rector,
para luego imponérselo a Hallú. La discusión alrededor de
la elección directa del rector es un debate válido y
necesario entre los estudiantes, pero esta consigna se
vuelve profundamente equivocada, y juega un rol reaccionario
cuando se la opone a la pelea por consejos directivos democráticos
como fue el caso de los compañeros de La Mella y Desde Bolívar.
Un rector de la “comunidad educativa” sin un control
efectivo por parte de los estudiantes en el seno del los
Consejos Resolutivos no es ninguna garantía para la
satisfacción de los reclamos de los estudiantes. Este
planteo esquiva el problema esencial: quién tiene el poder
sobre el colegio.
Mientras
el colegio siga bajo la órbita directa del Consejo
Superior, la educación va a estar al servicio de las
camarillas universitarias. Cualquier rector “de la
comunidad educativa” es una figurita de cartón si el
poder sigue en manos del Rectorado, si son ellos quienes
tienen el poder de vender el campo, de cerrar el turno
vespertino, de decidir sobre nuestros planes de estudio y
demás elementos que hacen a nuestra educación.
Pero
además, esta propuesta de la conducción del Centro de
Estudiantes y de La Mella viene de la mano de intentar
levantar las medidas de lucha a cambio de nada: el jueves
12, en ocasión de una reunión que mantendría la rectora
interventora Rosita con los Jefes de Departamento, tanto
Desde Bolívar como La Mella propusieron levantar el cordón
estudiantil que le impedía el ingreso a los interventores,
para mostrar “voluntad de diálogo”. Es decir, una
capitulación total al Rectorado, aceptando sus
interventores, para “dialogar” con la pared. Los
estudiantes votamos en contra de esta entregada y seguimos
manteniendo el cordón. En una asamblea posterior, Desde Bolívar
volvió a intentar levantar el cordón y La Mella, bajo la
presión de los estudiantes y sin dar ninguna explicación,
pegó un volantazo en su política y propuso mantenerlo:
nuevamente se votó en contra de levantar la medida.
Finalmente,
luego de jornadas estudiantiles, se votó adoptar el
programa de la elección directa de rector. Desde Tinta Roja
consideramos que esta política es errónea, pero ahora es
responsabilidad de la conducción llevarla adelante
consecuentemente. Los
compañeros de Desde Bolívar y de La Mella, antes de
proponer la alternativa de la elección directa, deberían
contar con un candidato
que represente los intereses del claustro estudiantil. Para
que la elección directa se haga carne, es necesario tener
un candidato de los estudiantes: no un candidato cualquiera,
que confiemos en su buena voluntad, sino un candidato que
defienda el programa estudiantil de la democratización.
Esto significa un candidato que públicamente defienda el
programa histórico de los estudiantes de Consejos
Directivos con poder de decisión efectiva, conformados por
9 docentes, 7 estudiantes y 2 no docentes.
Hasta la fecha no nos consta que efectivamente este
postulante exista. Sin esto, la propuesta de La Mella y
Desde Bolívar no sólo es equivocada, sino que es una
enorme irresponsabilidad que significaría encaminar a los
estudiantes hacia una elección sin un candidato propio,
elección en la cual todo el resto de los actores (el
Rectorado y la propia González Gass) ya tienen su carta
para jugar: en ese escenario, estarían proponiendo
legitimar a los candidatos del Rectorado o yendo atrás de
algún candidato ajeno a los intereses de los estudiantes.
Desde
Tinta Roja, defendemos el programa histórico que los
estudiantes fueron construyendo en su lucha. Consideramos
que ninguna solución vendrá desde arriba ni desde ningún
“rector de la democratización”. González Gass ya se
presentaba con esos títulos diciendo que iba a democratizar
el colegio. La verdadera democratización se va a conseguir
de la mano del movimiento estudiantil aliado con el sector
de docentes y no docentes que realmente estén dispuestos a
luchar por la educación pública y gratuita de calidad;
cuando el destino de nuestro colegio esté efectivamente en
manos de los docentes, estudiantes y no-docentes, y la única
forma de conseguirlo es con la lucha y organización
independiente de las camarillas y desde abajo.