Socialismo o Barbarie, periódico Nº 183, 20/08/10
 

 

 

 

 

 

Conflicto en el Colegio Nacional de Buenos Aires

Sigamos la lucha por la verdadera democratización

Por Alejandro (CNBA)

Como es de público conocimiento, el Colegio Nacional de Buenos Aires está en conflicto contra la intervención del Rectorado de la UBA que removió a la rectora González Gass. Desde el inicio, Tinta Roja denunció que el ataque del Rectorado no era contra la rectora (contra la cual hemos sostenido duras luchas en sus 3 años de gestión, con 3 tomas de colegio), sino contra la organización estudiantil, y venía de la mano de elegir un nuevo rector de las camarillas. Un rector que viniera a profundizar la destrucción del colegio, con la venta del campo de deportes y el cierre del turno vespertino que González Gass no pudo concretar.

En los últimos días, los estudiantes empezamos a  procesar un importante debate acerca de cuál debía ser el rumbo a seguir en este conflicto. Desde Tinta Roja, sostuvimos la necesidad de retomar la lucha por la democratización del colegio, es decir por Consejos Directivos, que gobernaran el colegio y eligieran rector: esta es la única manera de asestarle un golpe  efectivo  al poder antidemocrático  del Consejo Superior de la UBA, y poner el rumbo de la educación en las manos de docentes, estudiantes y no-docentes, quienes estudiamos y trabajamos en él cotidianamente. Este ha sido el programa histórico de los estudiantes, con el cual encaramos la lucha por la democratización en los últimos años y que permitió arrancarle al Rectorado la conformación de Consejos Resolutivos, aunque éstos disten mucho de los exigidos.

La Caravana (la agrupación de La Mella) y Desde Bolívar (conducción del Centro y en frente único con La Mella), dejando atrás el programa histórico de los estudiantes, impulsaron un “rector desde las aulas”, es decir, que se elija mediante voto directo y ponderado el nuevo rector, para luego imponérselo a Hallú. La discusión alrededor de la elección directa del rector es un debate válido y necesario entre los estudiantes, pero esta consigna se vuelve profundamente equivocada, y juega un rol reaccionario cuando se la opone a la pelea por consejos directivos democráticos como fue el caso de los compañeros de La Mella y Desde Bolívar. Un rector de la “comunidad educativa” sin un control efectivo por parte de los estudiantes en el seno del los Consejos Resolutivos no es ninguna garantía para la satisfacción de los reclamos de los estudiantes. Este planteo esquiva el problema esencial: quién tiene el poder sobre el colegio.

Mientras el colegio siga bajo la órbita directa del Consejo Superior, la educación va a estar al servicio de las camarillas universitarias. Cualquier rector “de la comunidad educativa” es una figurita de cartón si el poder sigue en manos del Rectorado, si son ellos quienes tienen el poder de vender el campo, de cerrar el turno vespertino, de decidir sobre nuestros planes de estudio y demás elementos que hacen a nuestra educación.

Pero además, esta propuesta de la conducción del Centro de Estudiantes y de La Mella viene de la mano de intentar levantar las medidas de lucha a cambio de nada: el jueves 12, en ocasión de una reunión que mantendría la rectora interventora Rosita con los Jefes de Departamento, tanto Desde Bolívar como La Mella propusieron levantar el cordón estudiantil que le impedía el ingreso a los interventores, para mostrar “voluntad de diálogo”. Es decir, una capitulación total al Rectorado, aceptando sus interventores, para “dialogar” con la pared. Los estudiantes votamos en contra de esta entregada y seguimos manteniendo el cordón. En una asamblea posterior, Desde Bolívar volvió a intentar levantar el cordón y La Mella, bajo la presión de los estudiantes y sin dar ninguna explicación, pegó un volantazo en su política y propuso mantenerlo: nuevamente se votó en contra de levantar la medida.

Finalmente, luego de jornadas estudiantiles, se votó adoptar el programa de la elección directa de rector. Desde Tinta Roja consideramos que esta política es errónea, pero ahora es responsabilidad de la conducción llevarla adelante consecuentemente.  Los compañeros de Desde Bolívar y de La Mella, antes de proponer la alternativa de la elección directa, deberían contar con un  candidato que represente los intereses del claustro estudiantil. Para que la elección directa se haga carne, es necesario tener un candidato de los estudiantes: no un candidato cualquiera, que confiemos en su buena voluntad, sino un candidato que defienda el programa estudiantil de la democratización. Esto significa un candidato que públicamente defienda el programa histórico de los estudiantes de Consejos Directivos con poder de decisión efectiva, conformados por 9 docentes, 7 estudiantes y 2 no docentes.  Hasta la fecha no nos consta que efectivamente este postulante exista. Sin esto, la propuesta de La Mella y Desde Bolívar no sólo es equivocada, sino que es una enorme irresponsabilidad que significaría encaminar a los estudiantes hacia una elección sin un candidato propio, elección en la cual todo el resto de los actores (el Rectorado y la propia González Gass) ya tienen su carta para jugar: en ese escenario, estarían proponiendo legitimar a los candidatos del Rectorado o yendo atrás de algún candidato ajeno a los intereses de los estudiantes.

Desde Tinta Roja, defendemos el programa histórico que los estudiantes fueron construyendo en su lucha. Consideramos que ninguna solución vendrá desde arriba ni desde ningún “rector de la democratización”. González Gass ya se presentaba con esos títulos diciendo que iba a democratizar el colegio. La verdadera democratización se va a conseguir de la mano del movimiento estudiantil aliado con el sector de docentes y no docentes que realmente estén dispuestos a luchar por la educación pública y gratuita de calidad; cuando el destino de nuestro colegio esté efectivamente en manos de los docentes, estudiantes y no-docentes, y la única forma de conseguirlo es con la lucha y organización independiente de las camarillas y desde abajo.