Se van a cumplir dos semanas del corte de la autopista
Buenos Aires–Rosario por parte de los trabajadores de
Paraná Metal y han logrado instalar el conflicto como parte
de la agenda política nacional. Este hecho logró que
Tomada tome cartas en el asunto, pero las cartas del
ministro juegan para el empresario Kristóbal López.
Los compañeros están demostrando una inquebrantable
voluntad de lucha. En el piquete está el corazón de la
lucha. Las discusiones se procesan ahí.
La solidaridad es impactante, en primer lugar la de Villa
Constitución, que unas semanas atrás realizó una marcha
de más de 5000 trabajadores y vecinos. El aporte de 100.000
pesos de Acindar, las delegaciones de trabajadores y
estudiantes que se acercan al piquete demuestra la simpatía
que despierta esta lucha en defensa de las fuentes de
trabajo.
Las propuestas de la patronal son un
escandaloso chantaje antiobrero (ver reportaje). Todas giran
alrededor de reducir el salario, el personal y de
condiciones de trabajo. Las propuestas cambian casi a diario
pero el contenido no. Se busca desgastar a los trabajadores
y “algún
dibujo” que sea digerible para los obreros.
La campaña electoral
de la CTA y el conflicto
Ambos sectores en que la está dividida la CTA tienen su
correlato en la UOM Villa Constitución, Mientras Pichinini
apoya a Micheli, Paulón ex secretario general de la UOM
Villa y con fuerte influencia en Acindar está con Yasky.
Micheli anuncia una jornada nacional de lucha para el miércoles
15, mientras el yaskismo, por interpósita persona, en este
caso los delegados del subte, saldrán a levantar los
molinetes en solidaridad con Paraná Metal. Mas allá
del evidente oportunismo de ambos sectores lo que se impone
no son sólo acciones “políticas” sino un
paro nacional activo de toda la CTA.
Los trabajadores de Paraná Metal no pueden esperar a que
estos dirigentes organicen el plan de lucha y llamen al
paro: deben imponérselo
y en primer lugar en la UOM Villa. Pero también hay que
exigirle a Brunelli y a Caló el paro de UOM San Nicolás
y de la UOM nacional que debe empezar por recorridas a
Siderar.
¿Cual es la salida
para la fábrica?
El gobierno hace un año metió a Kristobal López y le dio
jugosos subsidios para que se haga cargo de la planta. Ese
plan significó plata
fácil de subsidios para los empresarios y suspensiones y
ajuste para los obreros. Estamos ante el fracaso de ese tipo
de plan, que lo podríamos llamar “buscando patrón”.
La salida no puede ser esperar a que venga otro empresario;
porque desde el punto de vista capitalista la planta no es
productiva en las condiciones actuales de empleo, de
condiciones de trabajo y de salario.
La otra propuesta en danza es hacer la funcionar bajo otras
formas de “propiedad participada”, léase cooperativas,
etc, pero en realidad estas opciones sólo significan
poner a los propios obreros de Paraná metal a hacer el
ajuste contra ellos mismos.
La única salida es imponerle al gobierno de Cristina la nacionalización
bajo control de sus trabajadores.
Sólo el estado puede asumir los
gastos de una inversión y de amortizar pérdidas hasta
poner la planta en condiciones productivas. Pero la
nacionalización sólo va a venir de la mano de la lucha
como hicieron los compañeros del Hospital Francés hace
unos años, que consiguieron mantener la totalidad de las
Fuentes de trabajo, en las mismas condiciones de trabajo y
salario.
SoB:
¿Como entró Cristóbal López a Paraná Metal?
J.:
Fue por medio del gobierno, se hizo cargo de la empresa
hace un año y medio y se lo presentó como un salvataje,
pero resulta que ahora tiene la intención de rebajar los
salarios y de echar a distintos compañeros…
SoB.:
La última ofensiva es echar a todos, y sacarles la
“mochila”. ¿nos podes explicar lo de la “mochila”?
J.:
Nosotros hace un año y medio entramos bajo la
condiciones que ellos nos impusieron como el congelamiento
del aumento, la rebaja salarial a través de sacar todos los
adicionales que estaban por fuera del convenio de la UOM que
se habían conseguido históricamente durante todos estos años
y ponerlo en una mochila a un valor congelado. Al año
siguiente hubo un aumento del valor hora y esa mochila quedo
congelada.
SoB.: Y ahora ¿que medidas se vienen?
J.: En la asamblea primero se decidió que el voto no sea
secreto y después nuestra propuesta, que la llevamos al
gremio, es la de no perder nada. El gremio dijo que eso se
pidió y no lo dan entonces hicimos una contrapropuesta. La
contrapropuesta fue que no nos saquen el total del adicional
personal, el adicional de la empresa, la mochila, sino un
50%. ¡Estamos resignando un 50% de nuestro adicional por la
necesidad que tenemos de
entrar a trabajar! Otro de los puntos del reclamo es
que nos paguen estos últimos 45 días. Nos querían dar
$1.250 pesos a los de planta y $1.050 a los contratistas y
nosotros les pedimos que nos paguen el 60% o mínimo el 50%.
La gente esta resignada a perder por la necesidad de entrar
a trabajar pero igual hay un debate que se está llevando
adelante sobre qué es lo que vamos a hacer. Vamos a
continuar con el corte esperando una respuesta y la idea es
intensificar las medidas.