Socialismo o Barbarie, periódico Nº 186, 30/09/10
 

 

 

 

 

 

Elecciones en Venezuela

Chávez obtiene mayoría simple en la
Asamblea Nacional, pero la oposición
de derecha logra más votos

Por Claudio Testa

En un artículo que publicamos en Socialismo o Barbarie en la web días antes de las elecciones del domingo pasado y que reproducimos aquí, nuestra corresponsal venezolana pronosticaba que: “El chavismo conservaría la mayoría en la Asamblea debido a la distribución de circunscripciones, pero no sacaría más votos que la oposición... el juego de polarización –alentado tanto desde el gobierno como desde la burguesía y el imperialismo yanqui que interviene de mil maneras en la campaña– es entre Chávez y la oposición de derecha.”

Efectivamente, esto es lo que ha sucedido. Los votos de la oposición de derecha alcanzan el 52% de los emitidos pero debido al mapa de circunscripciones electorales, la mayoría de diputados correspondería al PSUV, el partido de gobierno. Otro dato importante es que votó un 66,45% de las listas de electores, lo que dentro de las tradiciones venezolanas es una participación alta.

Esta votación ha sido la resultante de varias tensiones opuestas. Por un lado, el desastre de la crisis económica y social que el chavismo no resuelve, y que se traduce en la caída del salario real, el abrumador desempleo y subempleo, y la descomposición social, sobre todo en las grandes ciudades como Caracas. A esto se suma la escandalosa desigualdad y corrupción que exhiben los funcionarios del régimen, que falsamente se autodenomina “socialista”. Esto le ha hecho perder apoyo popular, especialmente en el movimiento obrero.

Pero, por otro lado, como se subrayaba en ese artículo, “a pesar del desgaste del chavismo, eso no implica que automáticamente la gente se vuelque a votar por la derecha. Es que la oposición de derecha no resulta creíble. Los trabajadores recuerdan cómo era la vida con esos partidos. Las contradicciones entre los diferentes grupos de derecha también son demasiado visibles, a pesar de la ‘unidad’ electoral. Además que no es difícil darse cuenta de cuáles son sus verdaderos intereses, aunque hagan una campaña demagógica”. Así que, para muchos, Chávez sigue apareciendo como el “mal menor”.

A estos dos factores –desgaste del chavismo pero también desprestigio de la oposición de derecha entre los sectores populares–, hay que sumarle la debilidad electoral de las alternativas independientes a la izquierda de Chávez. Tienen peso en sectores de la vanguardia obrera y popular, pero no pueden aún contrarrestar en el terreno electoral –que siempre es el más desfavorable para las corrientes independientes– ese juego tramposo de polarización entre el aparato de estado chavista y la oposición de derecha.

Sea como sea, este resultado no resuelve ninguno de los gravísimos (y cada vez peores) problemas de los trabajadores de Venezuela. Con Chávez o con la oposición de derecha, la perspectiva es que la carestía, el desempleo y la descomposición social sigan avanzando.

Ni con Chávez y el PSUV, ni con los escuálidos y su Mesa de la Unidad Democrática se solucionará nada. La única salida es la unidad y fortalecimiento de las alternativas obreras y populares independientes, tanto de Chávez como de la oposición de derecha.