El 26 de septiembre se
realizarán las elecciones para elegir diputados a la
Asamblea Nacional, principalmente. La Asamblea estará
formada por 110 diputados elegidos nominalmente, 52 por
lista y 3 diputados indígenas. Además, 12 diputados irán
al Parlamento Latinoamericano.
La Asamblea actual está
compuesta en su mayoría (93%) por diputados afines al
chavismo, de los partidos PSUV, PPT y PCV. La oposición de
derecha tiene 11 diputados del partido Podemos. En las
elecciones anteriores, los otros partidos de derecha
boicotearon la elección, retirando las candidaturas. Esto
le dio abrumadora mayoría a Chávez.
En el referéndum del
2009 para permitir la reelección de Chávez, ganó el
oficialismo con 54,86% de los votos contra 45,13% de la
oposición y 32% de abstención. En las elecciones
regionales de 2008 Chávez ganó 18 gobernaciones, pero de
las 5 que ganó la oposición, 4 eran las más importantes y
pobladas del país.
En muy probable que el
chavismo resulte victorioso, aunque seguramente la derecha
obtendrá muchos más diputados que hace cinco años. La
derecha va unida en la Mesa
de la Unidad Democrática (MUD), que agrupa a 11 partidos
nacionales entre ellos Copei (democristiano), Podemos
(división del MAS), Primero Justicia (neoliberales),
Alianza Bravo Pueblo, Un Nuevo Tiempo (neoliberales), La
Causa R (populista), MAS (Movimiento al Socialismo,
socialdemócrata), Movimiento Republicano (neoliberal) y AD
(socialdemócrata neoliberal) y 40 partidos regionales con
tarjeta propia.
El partido Patria para
Todos (PPT), policlasista “progresista”,
salió del frente chavista. En diversas regiones hace
alianzas con una corriente trotskista, la USI (Unidad
Socialista de Izquierda).
En la USI y en las listas de esa alianza hay destacados
dirigentes sindicales –como Orlando Chirino, José Bodas y
otros– que inicialmente fueron partidarios de Chávez pero
luego rompieron con posiciones independientes y a la
izquierda del régimen.
A su vez, el PPT rompió
en el último año con el oficialismo y aceptó entre sus
filas a otros ex partidarios de Chávez, entre ellos Henri
Falcón, quien renunció al PSUV en mayo al esgrimir fallas
en el proceso revolucionario.
Según las encuestas,
que habrá que corroborar, el chavismo conservaría la
mayoría en la asamblea debido a la distribución de
circunscripciones, pero no sacaría más votos que la
oposición.
El gran problema es
que el juego de polarización –alentado tanto desde
gobierno como desde la burguesía y el imperialismo yanqui
que interviene de mil maneras en la campaña– es entre Chávez
y la oposición de derecha.
La situación en
2010
Es lógico que muchos
de los que antes votaron por Chávez, ahora se abstengan o
voten por candidatos opositores. Es que la situación se
ha vuelto muy difícil para la mayoría de los trabajadores.
La devaluación de
enero de este año ha provocado un alza de los precios de la
comida, medicamentos, y todo en general, mucho mayor a la de
los años anteriores. Se ha deteriorado el nivel de vida de
la población, el sueldo básico apenas cubre 47% de la
canasta básica. Según los datos del Instituto Nacional de
Estadística (INE), los costos elementales de una familia
promedio ascendieron a 2.597,52 bolívares en el mes de
junio, mientras que la remuneración básica mensual en el
país era de 1.223,89 bolívares.
La situación de
estancamiento económico continúa. Solamente el estado está
empleando trabajadores, y eso sólo con contratos precarios.
Para empeorar la situación de los parados y precarios, la
venta ambulante, común en las ciudades latinoamericanas, ha
sido prohibida, principalmente en Caracas. Los vendedores,
en su mayoría mujeres, que osan colocar unas pocas mercancías
en el suelo, lo hacen con zozobra. Cuando ven los policías
gritan “lluvia” para que todo el mundo recoja sus cosas
y empiece a correr.
Pero esto tiene
consecuencias graves. La precariedad es el principal
factor de aumento fenomenal de la delincuencia, de
las agresiones con violencia. Especialmente en Caracas,
todos tienen miedo de salir a la calle, de montarse en un
bus. En la capital hay una especie de “toque de queda”
que comienza en las tardes. La gente se refugia en sus
casas. Y en los barrios populares, los hombres jóvenes
siguen siendo víctimas de asesinatos.
Recientemente una foto
de la morgue de Caracas, donde se apiñaban desnudos,
tirados en el suelo, los cuerpos de tantas victimas, causó
un enorme escándalo, que aprovechó la derecha.
El gobierno
responsabiliza al narcotráfico y al paramilitarismo de
estos crímenes. Pero si esto puede crecer y desbordar en
forma incontenible, es por la inmensa crisis social y
económica que abona el terreno para que ocurran tantas
desgracias. También hay mucha violencia contra las mujeres,
asesinadas por sus maridos, a pesar de los dispositivos
creados por el gobierno para facilitar la denuncia de la
violencia doméstica.
Sin embargo, y a pesar
del desgaste del chavismo, eso no implica que automáticamente
la gente se vuelque a votar por la derecha. Es que la
oposición de derecha no resulta creíble. Los
trabajadores recuerdan cómo era la vida con esos partidos.
Las contradicciones entre los diferentes grupos de derecha
también son demasiado visibles, a pesar de la “unidad”
electoral. Además que no es difícil darse cuenta de cuáles
son sus verdaderos intereses, aunque hagan una campaña
demagógica.
Otro factor que
debilita al gobierno son los altos niveles de corrupción
de sus funcionarios. Hablamos con un trabajador de PDVSA,
que debe financiar los proyectos de los consejos comunales.
Nos confió cómo los pequeños proyectos de las comunidades
–como actividades deportivas– tardan meses en aprobarse
porque no hay “tajada”. En cambio, un proyecto de una
empresa capitalista para construir miles de vivienda se
aprueba rápidamente, porque queda una gran “comisión”
para varios funcionarios de PDVSA. De esos proyectos, el 30%
o más se va en “comisiones”, así que lo que finalmente
se construye es poco. ¡Así está muy lejos de solucionarse
el problema de la vivienda!
“Socialismo” de
Chávez, propaganda y realidad
Al mismo tiempo que
eso sucede a la vista de todos, se hace una propaganda
permanente sobre el “socialismo”, el “poder de las
comunidades”, el “arte socialista”, la “participación
de la mujer”, el “control obrero”, etc. Pero la
realidad la muestra el ejemplo de los trabajadores del
seguro social, que han llegado al colmo de necesitar hacer
huelga de hambre por sus derechos. Dirigentes sindicales han
sido asesinados, sin que jamás se encuentre a los
culpables. Los burócratas sindicales chavistas maniatan al
movimiento obrero, y los empleados públicos no se atreven a
luchar por sus salarios por terror a represalias y sobre
todo, los despidos.
El régimen, al mismo
tiempo que habla de “socialismo”, exhibe y promueve una escandalosa
desigualdad. Un empleado de jerarquía de PDVSA gana 12
veces el sueldo de un obrero. Sus hijos se van de vacaciones
a Cuba, con el plan vacacional de PDVSA. Mientras, un obrero
no puede pagar los útiles escolares de sus hijos. Los
bancos privados siguen debilitando la moneda y haciendo
enormes ganancias.
Etc., etc., etc. Sería
interminable la lista de hechos que demuestran cómo Chávez
desprestigia todos los días la palabra socialismo.
Notas:
1.-
http://www.ppt.org.ve/noticias/23-7-10-2.htm
2.-
http://laclase.info/