El
11 de noviembre se realizarán las elecciones de ATEN. Desde
la Agrupación Carlos Fuentealba - Lista Roja (parte de la
Gris nacional) hemos constituido el Frente Fucsia-Marrón-Colorada-Roja,
con los compañeros que compartimos un punto fundamental: el
firme rechazo al acta entregadora firmada por Guagliardo y
Aguirre. Este frente, hecho en base a acuerdos programáticos,
asume la tarea de reagrupar a todo el activismo de ATEN, a
las compañeras y compañeros, heroicos luchadores, que están
cansados de que las conducciones burocráticas rifen nuestra
lucha.
Cada
elección se da en una marco particular, en este caso se da
en un año que estuvo signado por un durísimo conflicto que
aún está fresco en los compañeros. Y no es para menos, ¡fueron
13 semanas de lucha! Con cortes en el puente, marchas larguísimas
por la ruta, acampe en la Casa de Gobierno, y movilizaciones
prácticamente todos los días, los trabajadores de la
educación demostramos nuestro compromiso con la educación
pública. Sin embargo, al igual que años anteriores,
terminamos levantando por migajas: aumentos miserables
totalmente comidos por la inflación, y ni hablar del resto
de nuestro pliego, aquél por el cual hoy los estudiantes
salen a luchar.
Es
necesario sacar balances y lecciones de la experiencia. Los últimos años estuvieron teñidos por fuertes luchas, pero siempre
el rasgo común que las cruzó fue la entrega por parte de
nuestras conducciones. En cada caso, tanto
la burocracia de Guagliardo, como la del “progre”
Aguirre actuaron como entregadores.
Este
año la Azul y Blanca se terminó de sacar la careta,
haciendo un frente con la Celeste de Yasky y Estela
Maldonado. Agentes del gobierno nacional que año a año
entregan el salario de los docentes, firmando paritarias de
miseria y la paz social, aislando las luchas como las que
llevamos adelantes los docentes en Neuquén, San Luis,
Tierra del Fuego, Santa Cruz. Sin embargo, la Naranja no se
queda atrás. Si bien Aguirre se esfuerza por diferenciarse
de su socio Guagliardo, las palabras mueren en los hechos. Fue política común aceptar la mediación de la Iglesia en nuestro
conflicto –hecho sin precedentes en ATEN– y bajo la
mirada exhorta de Jesús, crucificaron nuestra lucha.
Pero
no es la primera vez que se juegan a salvar al gobierno.
Basta recordar la criminal
capitulación cuando asesinaron a nuestro compañero Carlos
Fuentealba. Negociaron el salario sobre su sangre, sentándose
a pactar con los que ordenaron su fusilamiento. Las dos
conducciones son responsables de que no haya caído el
asesino Sobisch cuando estaba planteado. Una de las marchas
más grandes en la historia de la provincia pedía su
cabeza, pero tanto Guagliardo como Aguirre se jugaron a
desmovilizar a los docentes y a toda la población que exigía
justicia, garantizando la impunidad. Hoy, gracias a esa
entrega, el verdugo de nuestro compañero vuelve a la escena
política como si nada hubiera pasado.
Necesitamos una nueva dirección
Los
compañeros que formamos este sindicato demostramos lo
fuerte que nos hacemos en la lucha. Sin embargo, tenemos la
experiencia con estas conducciones burocráticas que se
“dan vuelta” en los momentos claves. Necesitamos una dirección que esté a la altura de los acontecimientos.
Que en los momentos decisivos “no se tire para atrás”.
Ya conocemos las maniobras que utiliza la burocracia para
contener cualquier desborde de la base: el mecanismo de los
“Plenarios de Secretarios Generales”, el cual en última
instancia termina decidiendo de espaldas a las asambleas y a
los compañeros. Las asambleas deben ser soberanas, lo que
se vota se tiene que llevar adelante.
En
la huelga de este año se pudo ver cómo compañeros
honestos, luchadores, al ver que las conducciones
traicionaban la lucha, prefirieron votar la aceptación del
acta antes de que la burocracia los encamine a una derrota
peor. A esos compañeros y compañeras les ofrecemos
una dirección consecuente, que no entrega las luchas y que
se juega con todo por los trabajadores y por el triunfo.
Pero a su vez entendemos que la pelea de fondo es
esencialmente política. Para los gobiernos patronales, los
trabajadores somos siempre variables de ajuste. Si en una
coyuntura favorable le arrancamos algunas reivindicaciones,
ellos esperan el momento para volver a quitárnoslas. Luchemos
por quitarnos las cadenas definitivamente.
En
ese sentido, reivindicamos experiencias como el Frente Clasista que disputó en las elecciones de la CTA del mes
pasado. Encabezado por los compañeros de FATE
–que han elegido en una asamblea de 500 trabajadores a
Jorge Ayala como candidato a Secretario General–, seguido
por la compañera Angélica Lagunas y por los compañeros
del Hospital Garrahan, entre otras experiencias de lucha. El
Frente asumió una tarea política de importancia
trascendental: generar
un polo clasista que aglutine a todos los sectores
antiburocráticos, independientes del gobierno y las
patronales para terciar en la disputa interburguesa
–que divide a la clase capitalista desde el conflicto del
campo en 2008– y ganar a franjas enteras de trabajadores
que salen a la lucha, para una
perspectiva socialista. La dirección de la CTA, en sus
dos fracciones, está jugada a postularse como alternativa
de dirección a la CGT. Posa como más democrática, sin
embargo, el fraude cruzado entre Yasky y Micheli se encargó
de dejar en claro que utilizan los métodos más bajos del
clientelismo para llevar a los trabajadores a la rastra de
uno u otro sector patronal. Los compañeros de FATE han dado
pasos gigantescos en la perspectiva de la independencia política
de la clase trabajadora. Han sacado importantes conclusiones
de la lucha: las
variantes sindicalistas, las que miran su propio ombligo y
no parten de una posición política de independencia de
clase, tarde o temprano terminan claudicando a algún sector
patronal. Es por eso que desde
la Agrupación Carlos Fuentealba hemos sido parte de esta
experiencia revolucionaria. En ese sentido, damos la
disputa porque este Frente que hemos constituido brinde las
herramientas que los trabajadores necesitamos para emprender
un camino de lucha política.
Por la unidad de los luchadores
Frente
a las tareas que tenemos planteadas, entendíamos que era
una obligación unirnos.
Para recuperar ATEN para la lucha y barrer a la burocracia
debemos superar la fragmentación en la que nos encontramos.
Ninguna agrupación por sí sola puede ofrecer una
alternativa de dirección a la burocracia. Es por esto que
hemos conformado el Frente con los compañeros que se
opusieron a la firma del acta entregadora, con quienes hemos
dado la pelea para derrotar la política del gobierno y sus
socios entre los trabajadores. Dividir
a los trabajadores cuando hay acuerdos programáticos, por
intereses mezquinos de la construcción de la propia
organización es un crimen y repudiamos a quienes lo
vienen haciendo sistemáticamente, sin plantear una sola
diferencia política seria.
¿Quiénes
somos?
Esta
es la primera oportunidad que nos presentamos en ATEN como
agrupación. Somos trabajadores de la educación que tenemos
como meta recuperar el sindicato para ponerlo a disposición
de la lucha. Tenemos firmes principios clasistas.
Somos independientes del Estado y sus gobiernos.
Tanto los Kirchner como Sapag, y toda la oposición patronal
son los responsables de la destrucción de la educación pública,
como se encarga de dejarlo en claro la rebelión
estudiantil. Somos enemigos de todos los proyectos de
conciliación de clases, que se basan en el sometimiento y
la explotación de la clase trabajadora. Los trabajadores
debemos confiar única y exclusivamente en nuestras propias
fuerzas, si queremos ir hasta el final en la lucha por
nuestras demandas. Esta es la primera condición para
defender consecuentemente nuestros intereses.
Consideramos
que la lucha por mejoras en el salario y en la calidad
educativa tiene que ser parte de un proyecto más ambicioso:
la lucha por el socialismo.
Lucha que llevó adelante el compañero Carlos Fuentealba a lo largo de
su vida. Desde joven, militando en la juventud del MAS,
formó parte de la experiencia clasista de la UOCRA Naranja,
dirigida por el compañero Alcides Christiansen. Allí
realizó un enorme aprendizaje sobre la necesidad de la
independencia política de los trabajadores y sobre el rol
que cumplen las burocracias, entregando las luchas y
vendiendo compañeros. En el último tiempo, el compañero
colaboraba en la construcción del Nuevo MAS en la
provincia. Clasista,
revolucionario y socialista, Carlos murió como vivió,
luchando por el triunfo de los trabajadores.
El
11 de noviembre votemos para recuperar el sindicato para la
lucha y arrancárselo a los entregadores. Vamos todos con el
Frente Fucsia-Marrón-Colorada- Roja.
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Recuperemos ATEN para la lucha
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Derrotemos a las conducciones entregadoras
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Por un sindicato independiente del gobierno nacional y
provincial