En el día ayer, en el marco de la jornada de lucha en
repudio del asesinato de Mariano Ferreyra la conducción del
SUTNA, encabezada por Wasiejko, llamó a un paro de 30
minutos por turno en todo el gremio. La medida se realizó
en las tres fábricas, en la base obrera el repudio a la patota sindical y al asesinato del compañero fue unánime.
Desde
el mismo miércoles la seccional San Fernando estaba
denunciando los hechos y llamando a la lucha, “Desde la
Seccional San Fernando del SUTNA y el Cuerpo de Delegados de
Fate, repudiamos el
terrible asesinato del compañero, Mariano Ferreyra.(…)
Esta es la respuesta que recibimos por parte de la
burocracia, cuando los trabajadores de manera independiente,
nos organizamos para pelear contra la precarización
laboral, por mejores salarios, condiciones laborales, etc. Denunciamos claramente que estos hechos perpetrados por las mafias
sindicales no podrían suceder si no es con la fuerte
complicidad de los empresarios y del Estado Nacional.”
FATE:
La empresa sale a medir
fuerzas
La patronal estaba avisada oficialmente de la realización
del paro, y dijo que aceptaba que se hiciese la medida, a
manera de devolución de gentilezas. También para no quedar
expuesta al escarnio público de impedir el justo repudio a
un asesinato político.
Pero su odio de clase y la bronca por perder media hora de
producción se expresó en intentar imponer
la modalidad del paro. La empresa salió a decir que el
paro se hacía en la máquina o en los fumaderos (los
lugares de descanso de cada sector) y que quedaba explícitamente
prohibido hacer cualquier tipo de reunión o asamblea del
conjunto de los trabajadores del turno. Todos los
gerentes, jefes, capataces, los líderes y todos los
alcahuetes –que nunca
faltan y que por casualidad son militantes activos de la
Violeta y de la ex Bordó– salieron a meter miedo, a
amenazar con sanciones, que seguramente llegarán, y
llegaron a hacer cordón en los sectores para impedir que
los compañeros concurran a la asamblea. La patronal en una
actitud claramente provocadora enfrentaba a los compañeros
y a los delegados cruzándoles el cuerpo y empujándolos.
A los pechazos los
trabajadores se fueron reuniendo para realizar a la asamblea
que se realizó con éxito, donde se informó de lo sucedido
y se invitó a la marcha. La medida se extendió una hora.
A pesar del apriete de la empresa la medida se hizo y
también la asamblea, a la tarde
una importante delegación de compañeros
participaron de la marcha.