El 19 y 20 de octubre se concretó en la Ciudad de Buenos
Aires el paro convocado por Ademys, gremio minoritario de no
más de mil afiliados. Esta medida tuvo un acatamiento de
alrededor del 60% de los maestros y profesores, que en su
mayoría no pertenecen al gremio convocante.
Este hecho quedó oculto tras el paro del día 21, que la
directiva de UTE (el gremio con mayor cantidad de afiliados)
se vio obligada a lanzar en repudio al asesinato de Mariano,
pero queremos destacarlo porque es parte de la crisis y el
desprestigio de las burocracias sindicales de todos los
colores.
El alto acatamiento al paro de Ademys
por parte de los maestros de todos los gremios demuestra la
necesidad de los docentes de llevar adelante un plan de
lucha real, dando la espalda a la decisión de las distintas
burocracias, sobre todo la de UTE-CTERA. UTE rechazó en el
plenario del 13 de octubre la propuesta del gobierno Pro, y
sin embargo se negó a llevar adelante ningún paro. Su
propuesta fue: una conferencia de prensa, radios abiertas, y
durante la primera semana de noviembre una carpa frente a la
Legislatura, esperando que Macri se conmueva cuando vea a
los maestros haciendo vida errante de toldería…
Hete aquí que el plenario donde se “votó” este
“plan de lucha” tuvo perfiles de fantasía, pues los
mandatos reales marcaron una clara voluntad de los maestros
de realizar el paro, pero en el plenario pesó el aparato
(empleados y entenados Celestes) sobre los delegados que
llevaron mandatos de asamblea. Por ejemplo, una empleada del
sindicato (que no es delegada) dijo traer el mandato de nueve
escuelas…
Cabe destacar que durante el paro de los días 19 y 20 de
octubre la conducción Celeste de UTE se dedicó a instalar
rumores acerca de que el paro se había levantado, o sea, un
claro intento de boicot.
Las consecuencias de las elecciones de la CTA se
trasladaron al centro del gremio capitalino. La UTE lleva
sobre sus espaldas la derrota en la CTA (con su apoyo
oficial a Yasky), y apareció frente a sus bases sin balance
ni autocrítica, avalando de hecho los fraudes en la elección
de la central, donde se tardaron 8 días para contar 200 mil
votos. La conducción Celeste se ve cada vez más débil:
sobreactúa discursos altisonantes y agresivos contra Macri,
pero contrapone medidas claudicantes y tibias. Estas
claudicaciones esconden tal vez la intención de sostenerlo
a Macri hasta el fin de su mandato para no provocar una
crisis institucional, en acuerdo con el gobierno K; o bien
la negociación de prebendas como las comisiones de servicio
a través de las cuales el gobierno financia el aparato
sindical. Además, recordemos que el sindicalismo docente
suele ser un trampolín para futuros legisladores y
asesores. Como dijo el secretario de UTE CTERA Eduardo López:
“Tenemos que llegar al fin del gobierno de Macri sin
heridos” (dixit).
Esta conducta agresiva en lo virtual y pasiva en lo real
se vio en el conflicto estudiantil: el “apoyo” de UTE y
demás conducciones docentes a la lucha de los estudiantes sólo
se tradujo en unos pocos empleados del aparato sosteniendo
una bandera en la puerta de Ministerio de Educación,
mientras los docentes que sufrían constantemente las
presiones de los directivos para romper las tomas quedaron
al descubierto sin que los sindicatos aparecieran jamás en
persona en los establecimientos educativos, para defender a
sus afiliados de los aprietes macristas. Esta actitud de las
conducciones sindicales contrastó vívidamente con la de
muchos maestros, que enfrentando esas presiones estuvimos en
las tomas, incluso los fines de semana, ocupándonos de que
a los chicos no les faltara de comer y acompañándolos en
su justa lucha.
Sucedió lo mismo cuando el macrismo pidió la lista de
los docentes huelguistas y los sindicatos respondieron con
presentaciones judiciales. Aunque la justicia fallara algún
día a favor de los docentes, el gobierno Pro ya tiene su
lista negra en sus cajones.
Las claudicaciones
se pagan
El posicionamiento de la UTE como ala progresista del Pro
no le está saliendo gratis. El alto acatamiento al último
paro demostró que existió un desborde de los trabajadores
de la educación contra la actitud entregadora de la Celeste
en la Ciudad. Junto con esto, cada vez más compañeros
comienzan a expresar la necesidad de construir una conducción
sindical verdaderamente representativa y luchadora, y que
supere la actual división de los docentes capitalinos en 17
gremios.
La realidad ha demostrado que cada agrupación opositora
por sí sola no puede contra las maniobras del aparato
burocrático. Como hicimos para las elecciones en la CTA, la
Lista Gris Carlos Fuentealba llama a conformar un frente
clasista, de lucha, independiente de todos los sectores de
la burocracia docente, del gobierno local y nacional como así
también de la oposición de derecha, para disputar la
conducción del gremio en las próximas elecciones.
Y en lo inmediato llamamos a:
• Asambleas de
base en escuelas y distritos donde voten juntos los
afiliados a todos los gremios y los no afiliados. Estas
asambleas deben decidir los planes de lucha y sus mandatos
deben regir los plenarios de delegados, que hoy son trampas
manejadas por los ñoquis del aparato sindical
• Por un plan de
lucha creciente y unificado de todos los docentes hasta
alcanzar la recomposición salarial
• Titularización
de docentes interinos
• Condiciones
edilicias dignas
• Pago en tiempo y
forma de los salarios
• En defensa de
nuestro estatuto docente
• Basta de
subsidiar la educación privada
• Basta de
descuentos, aprietes y lista negras
• Aumento de presupuesto educativo
para construir una educación pública, laica y gratuita
acorde a las necesidades de los trabajadores y sectores
populares
• Apoyo a todas
las luchas de los trabajadores y estudiantes