El
pasado sábado 6 de noviembre se realizó en Capital Federal
la XIX Marcha del Orgullo LGBTTI. El Nuevo
MAS, Las Rojas y Carne Clasista marcharon en el Bloque
diferenciado de la Marcha junto a los sectores que sostienen
una política independiente del gobierno, el Estado y las
organizaciones tradicionales del movimiento. Las consignas
levantadas por el bloque fueron: Ley de Identidad de
Género YA!; Por el derecho al aborto legal, seguro y
gratuito. El gobierno es responsable por las muertes por
aborto clandestino; Separación de la Iglesia del Estado;
Basta de represión a las lesbianas, gays, travestis y trans;
Justicia por Natalia Gaitán; Juicio y castigo a los
asesinos de Mariano Ferreyra y Fuera la burocracia sindical
de Pedraza.
La Marcha de este año
se dio luego de la victoria aplastante sobre la Iglesia y
los sectores más reaccionarios que significó la conquista
del matrimonio igualitario para personas del mismo sexo y
tuvo además la particularidad de sucederse inmediatamente a
la entrada del nuevo ciclo
político que abre
la muerte del Néstor Kirchner. La convocatoria oficial de
la Marcha tenía dos ejes centrales: uno era la propia
consigna sobre la Ley de identidad para personas trans/travestis/transexuales (de próximo tratamiento en el Congreso), y por
otro los homenajes y el panegírico a
la figura de Kirchner
como supuesto “benefactor” de la comunidad LGBT, en
particular alrededor del matrimonio igualitario. Pero
quienes participamos de ese debate por el matrimonio en el
que toda la sociedad se vio involucrada pronunciándose
positivamente, sabemos de los mil y un titubeos del gobierno
K y su bloque para enfrentar a la Iglesia y todo el
parlamento reaccionario que salió a defender con uñas y
dientes los valores más retrógrados y patriarcales. Tanto
fue así que hasta último momento la ley estuvo a punto de
no salir, y fue la presión y la movilización popular las que inclinaron la balanza para el lado del
triunfo, mientras que el gobierno y las organizaciones como
la Federación LGBT y la CHA (Comunidad Homosexual
Argentina) se negaron sistemáticamente a movilizar por
miedo a “confrontar” y eligieron la vía de la
“seducción y el lobby parlamentarios”. Por eso desde
las organizaciones de la izquierda sostuvimos desde el
primer momento la necesidad de luchar en las calles y de hacer un llamado para que el movimiento y
la comunidad LGBT y todo sector que se reivindique democrático
se movilizaran
para derrotar a la derecha y la Iglesia oscurantista.
Es fundamental que
sean las propias minorías sexuales las protagonistas y los
sujetos de esas luchas, sin “representantes” puestos por
arriba, y que esas luchas las den de manera independiente,
sin depositar ninguna confianza en el gobierno ni el
parlamento burgués y organizándose para presionar y exigir
en las calles. La gestión de Kristina, abiertamente
conservadora y antiabortista declarada, que mantiene presa a
Romina Tejerina, que ni se ha pronunciado por el crimen de
la joven Natalia Gaitán asesinada por lesbiana, en modo
alguno puede ser nuestro aliada. Puesto que es éste el
gobierno que tiene más presos por luchar, el mismo que tiene a su lado a la
burocracia de Pedraza
que asesinó a Mariano Ferreyra. El mismo gobierno que
subsidia por millones a sus empresarios amigos y a la
Iglesia genocida y sus colegios religiosos. El mismo que es
responsable de las muertes por los abortos clandestinos y
que en gran parte del territorio nacional mantiene vigentes
los Códigos Contravencionales y de Falta con los que se reprime a los
LGBT.
Por todas estas
razones, fue muy importante que Las Rojas y Carne Clasista
el pasado 6/11 confluyéramos en el bloque con
organizaciones como El Viejo Topo, Pan y Rosas, Izquierda
Socialista y otros activistas (1). Justamente para hacer oír
nuestra voz y nuestras propuestas, ante un mar de
genuflexiones y claudicaciones escandalosas ante los
Kirchner, en medio de toda la parafernalia que despliega el
aparato del Estado con el INADI a la cabeza y el “mercado
rosa” que mueve millones cada año. Hacer oír nuestra voz
que en medio del festejo y la genuina alegría de
manifestarnos por nuestra diversidad sexual, también
reclama para sí la independencia política del movimiento y una tradición de lucha como fue la revuelta de Stonewall “Salir del closet para tomar las
calles” por todos nuestros derechos. Y que finalmente,
grita con orgullo de luchadores la exigencia de juicio y
castigo para los responsables políticos y materiales del
asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra.
1- Significativamente el escenario
principal que tradicionalmente se emplazaba “frente” al
Congreso en señal de reclamo, este año se ubicó sobre la
vereda del propio Congreso, “integrado” a éste y frente
a la Plaza.