El
presidente de la Comisión de Legislación Penal de la Cámara
de Diputados, Juan Carlos Vega, había anunciado meses atrás
que en noviembre se comenzarían a tratar en esa comisión
los proyectos de ley sobre aborto que están pendientes.
Recordemos que el proyecto de la Campaña Nacional por el
Derecho al Aborto fue presentado hace años, prescribió por
falta de tratamiento y fue presentado nuevamente. Recordemos
también que la reglamentación de los abortos no punibles
fue vetada por la Presidenta luego de haber sido enviada a
los hospitales por el Ministerio de Salud.
Las
declaraciones de Vega hacían pensar que, por fin, los
proyectos en danza comenzarían a analizarse formalmente en
el Parlamento. Pero lo que hubo el 30/11 fue una audiencia
con Marianne Mollman, experta de Human Right Watch, la ONG
Internacional autora de varios lapidarios informes sobre los
derechos reproductivos en la Argentina.
Los datos y razones de Mollman a favor del aborto legal
(no vamos a reproducirlos porque ya fueron publicados en los
diarios) son los mismos que las agrupaciones de mujeres
venimos difundiendo desde hace años y que el gobierno y
todos los que estaban en esa audiencia conocen
perfectamente.
Las Rojas nos movilizamos al Congreso, donde hubo que
enfrentar a la patota de la Iglesia, la misma (con los
mismos integrantes) que nos atacó en Paraná, que en sus
provocaciones llegaron al punto de cortar el cable del
sonido con que nos estábamos expresando. Fuimos a la
audiencia como vamos a cualquier lado donde se pueda avanzar
un milímetro en esta pelea, pero la cosa es que el
tratamiento efectivo de los proyectos se ha postergado
nuevamente: Vega dijo que será el cuarto tema de la agenda de la
comisión del año próximo, aunque aclaró que antes de abocarse al análisis de los proyectos se harán jornadas como
la de ayer, con invitaciones a especialistas “para
escuchar todas las posiciones”. El hecho de que el próximo
sea un año electoral podría demorar hasta 2012 el
tratamiento en el recinto.
La
Campaña Nacional, autora del proyecto, se mostró conforme
con esta postergación, porque no quieren “provocar una
definición del gobierno antes de 2011, ya que al estar por
medio las elecciones ésta podría ser negativa”. Invocan
como ejemplo lo sucedido en Brasil, donde la candidata
lulista tuvo que pronunciarse en contra del aborto
presionada por las sectas religiosas.
No
nos sorprende: ya en el Encuentro Nacional de Mujeres vimos
a la Campaña actuando en acuerdo con el PCR para que no
saliera de allí ninguna movilización nacional por el
derecho al aborto. Proclamaron el éxito de su método de
“cabildeo” (así lo llaman ellas mismas), por el que ya
tenían la firma de 50 diputados a favor. Y escuchamos los
susurros pasillescos de las militantes K, prometiendo que si
dejamos a Cristina llegar a las elecciones sin hacer olas,
después del 2011 el kirchnerismo va a impulsar la
legalización.
Estos
“razonamientos” tienen varios problemas. Primero, la
situación en Argentina no tiene nada, pero nada que ver con
la de Brasil, donde los evangélicos son una potencia todo
terreno. En nuestro país, las iglesias acaban de recibir
una paliza con el matrimonio igualitario, sobre todo con el
repudio que la población expresó ante su campaña y la
alegría general ante la derrota del fascismo pedófilo.
Además, todas las encuestas indican un creciente apoyo de
la población a la legalización del aborto. El
gobierno argentino no quiere romper con la Iglesia porque la
necesita como herramienta de disciplinamiento social, y no
quiere otorgar derechos a las mujeres porque las necesita
fuera del mercado laboral, fuera de la educación y viviendo
de la asignación universal por hijo. Como representante
cada vez más “normal” de la clase capitalista, el
gobierno de Cristina se hace cargo de las razones económicas
y políticas que impiden al capitalismo colonial y
atrasado de la Argentina rescatar a las mujeres de la
violencia y la degradación en la que viven. Esa es la
cuestión.
Nuevos números
del pacto femicida
Cada
día nacen en el país 314 bebés de madres adolescentes:
nueve de ellos en la Capital; 102, en la provincia de Buenos
Aires; 14, en el Chaco; otros 15, en Misiones, y 7, en
Formosa, entre otros. Hoy, el 15,4 por ciento de los bebés que nacen en el país son hijos
de madres adolescentes. En 2003 era del 13,6%. Pero no sólo
crecen los porcentajes, sino también los números
absolutos: el año pasado nacieron 16.155 más bebés de
madres adolescentes que en 2002.
El año pasado, unas 3.000 chicas de menos de 15 años se
convirtieron en madres y casi 10.000 adolescentes fueron
atendidas en hospitales públicos por complicaciones después
de un aborto.
Los números cobran aún más relevancia si se toma en
cuenta que hace una década la Argentina se comprometió
ante organismos internacionales a bajar los índices de
embarazo adolescente, como parte de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM).
"Este es el objetivo menos logrado en la Argentina y
es evidente que no constituye una prioridad política del
gobierno", señala un informe que elaboró Mabel Bianco,
directora de la Fundación para el Estudio e Investigación
de la Mujer. Para alcanzar este objetivo era necesario
reducir la mortalidad materna, algo que tampoco ocurrió. En
1998, las adolescentes que fallecieron tras un aborto
representaban el 8,1% de las muertes maternas. En 2008,
pasaron a ser el 18,6%, según cifras del Ministerio de
Salud de la Nación. (La
Nación, 5/12/2010)
Esta es la verdadera situación de las mujeres pobres,
sobre todo la de esa juventud que hace lagrimear de contenta
a Cristina en cada discurso que da, las mujeres que el
gobierno dice proteger con la Asignación Universal por
Hijo.
Comparemos ese subsidio con lo que se llevan los curas, cómplices
de la dictadura, torturadores y abusadores de niños:
-Remesas de dinero a la Conferencia Episcopal Argentina
a) Sostenimiento del clero argentino: Es una cápita de
336 pesos por seminarista, en base a cifras que proporcionan
las respectivas jurisdicciones eclesiásticas.
b) Asignaciones para los obispos diocesanos y auxiliares:
Corresponden $ 7.287,13 a aquéllos y $ 6.376,24 a éstos.
c) Asignaciones de $ 470,40 por párroco de frontera.
d) Asignaciones mensuales y vitalicias de $ 530 a un grupo
particular (mínimo) de sacerdotes seculares.
e) Asignaciones mensuales y vitalicias a obispos
retirados, que oscilan entre $ 5.465,35 y $ 6.376,24.
(Programa de registro y sostenimiento de Cultos del
Presupuesto Nacional)
La legislación prevé el beneficio para quienes se alejan
por razones de edad. Pero accede a esa mesada Edgardo
Storni, por ejemplo, que no se retiró por viejo sino en
medio de un escándalo de proporciones, acusado de abusos
sexuales y malversación de fondos. Afronta juicios penales
por esas causas.
Pero en verdad, estos “suelditos” que todos les
pagamos a los obispos hasta que se mueren son monedas al
lado de lo que se lleva la Iglesia a través del subsidio
estatal a las escuelas religiosas: la aproximación más
confiable indica que el sistema privado consume el 13,5 por
ciento de todos los recursos estatales para educación, que
en 2006 ascendieron a 24.500 millones de pesos, y la
confesional más de la mitad de ese monto, el 7,5 por ciento
del total, es decir 1.837 millones de pesos.
El
gobierno K no ha tocado uno solo de los privilegios de los
curas. No ha movido un dedo para terminar con la rémora
feudal que es tener un Estado atado a la Iglesia. No es una
“víctima” más de la Iglesia, como parece creer la
Campaña Verde, sino un aliado
de la Iglesia y de la burguesía más conservadora en la
necesidad de mantener intacto el modo de explotación
atrasado del país, que carga sobre las espaldas de la
familia (o sea de las mujeres) las consecuencias de la
descomposición social y la superexplotación.
Para legalizar el
aborto hay que pelear contra el gobierno
Frente
a esta realidad quedan dos caminos: uno, atiborrarse con los
caramelos de seissieteocholandia para aturdir
convenientemente la conciencia, como han decidido hacer, por
ejemplo, las Lesbianas y Feministas por la Legalización del
aborto (las promotoras del misoprostol), que en estos días
nos han regalado los ojos escribiendo el siguiente
razonamiento: la senadora evangelista Hotton, que se opone a
votar el presupuesto K, está contra la legalización del
aborto; o sea, los que están contra el aborto legal son los
que están contra Cristina; conclusión: los que estamos por
el aborto legal tenemos que apoyar a Cristina.
El
camino para conseguir el aborto legal es construir un
movimiento de mujeres de lucha, independiente del gobierno y
los patrones, aliado de los trabajadores, los estudiantes y
el pueblo pobre, para luchar en las calles por el aborto
legal, devolverles su cuerpo a las mujeres y frenar esta
barbarie.