En las últimas dos semanas se
llevaron a cabo las elecciones a Centros de Estudiantes en
las Facultades de Sociales y Filosofía y Letras; con éstas
culminaron la totalidad de elecciones estudiantiles en la
Universidad de Buenos Aires. Este proceso electoral se vio
cruzado por una serie de tendencias contradictorias que
signaron el conjunto de la ronda electoral. Sin duda los
procesos más importantes fueron la rebelión estudiantil
que se desarrolló en el segundo semestre contra el gobierno
de Macri y el de Kirchner, proceso que en la UBA tuvo sus
puntos sobresalientes en las tomas de las facultades de
Filosofía y Letras (31 días) y Sociales (45 días). Ambos
procesos culminaron con importantes triunfos para el
movimiento estudiantil.
Junto con esto ocurrió el asesinato de Mariano
Ferreyra, un acontecimiento que impactó en la importante
vanguardia de activistas que salió a pelear; la tragedia y
ejemplo militante de Mariano mostró crudamente la estratégica
necesidad que tiene el movimiento estudiantil de aliarse a
los trabajadores; mostró cómo esta nueva generación de jóvenes
luchadores, que empezaron a hacer sus experiencias políticas
y militantes al calor del Argentinazo de 2001, se relaciona
con la clase obrera y sus luchas en las perspectivas de
superar este sistema de explotación humana. Por último y
como contracara de este proceso, la muerte de Néstor
Kirchner, y toda la fanfarria y “mística” fabricada
alrededor de su figura, generó una importante ola de simpatía
hacia el gobierno K.
El resultado de esta ronda
electoral es por demás contradictorio. Uno de los grandes
cambios fue el triunfo de un frente de izquierda en
Medicina, desplazando a QRS (un desprendimiento de la vieja
Franja devenido en kirchnerista), y la victoria del PO en
Farmacia donde venció a Franja Morada. Medicina es una de
las facultades “grandes” de la UBA, y un bastión
reaccionario que había logrado soportar el embate de 2001
cuando la izquierda y algunas agrupaciones independientes
empezaron a desplazar a Franja de los centros y la FUBA.
Esta victoria, más allá de las campañas profundamente
despolitizadas y estrechamente sindicalistas que llevaron
adelante los vencedores, (las cuales plantean un signo de
interrogación en la capacidad de movilización y lucha que
tendrán estas nuevas conducciones) fueron un indiscutible
triunfo de la rebelión estudiantil que estaba en ciernes.
Estos resultados abrían las
expectativas para un fortalecimiento de la izquierda y el
nuevo activismo en el conjunto de las facultades y en
especial en Sociales y Filo. Desde el Nuevo MAS, nos jugamos
con todo a traducir el estudiantazo en una victoria de los
luchadores en los Centros; para eso planteamos una política
ofensiva a
generar frentes de izquierda y los activistas en ambas
facultades, frentes independientes del gobierno y las
gestiones, frentes que funcionen democráticamente y
abiertos a la participación activa de todos los luchadores
que habían surgido al calor de la rebelión estudiantil. Así
fue como conformamos La Comuna en Sociales y El Bloque en
Filo.
Las elecciones en Sociales y Filo
Pero el clima político nacional
que instauró la muerte de Néstor K, produjo un traslado en
el centro del debate. El proceso de lucha que había marcado
los últimos meses pasó a un segundo lugar y se instaló la
discusión alrededor del gobierno nacional y su supuesto
proyecto nacional y popular. El kirchnerismo vio el momento
político y lo aprovechó al máximo, fabricando una
ficticia épica militante, llamando a los jóvenes a sumarse
al “proyecto emancipador”, a la “unidad
latinoamericana” y un montón de frases absolutamente vacías
de contenido en boca de los K. En esta batalla sólo la
izquierda quedó plantando bandera contra el gobierno. La
Mella le capituló en toda la línea tratando de amoldarse a
los vientos del momento y al mismo tiempo que realizar un
frente único de hecho con el gobierno en la campaña
macartista contra la izquierda.
En la facultad Sociales, en una
elección que duró sólo 4 días y donde participaron 1.000
estudiantes más que el promedio habitual, (la mayoría de
Relaciones del Trabajo donde votaron 600 personas más que
en la elección de 2008), se verificó una fuerte corriente
anti toma que sancionó a La Comuna y a los activistas, por
ser los principales defensores de este proceso. La
Juntada-Viejo Topo (La Mella y Cía.) ganó las elecciones
con un 22% de los votos. Este Frente no tuvo reparos en su
oportunismo, en defenestrar la toma frente a sus
detractores, en declararse “kirchnerista crítico” y
defensor de todas las medidas progresivas del gobierno
“nac & pop” cuando su interlocutor lo requería con
el objetivo de quedarse con algunos mendrugos del voto K. La
UES (K) y Alternativa Académica (ex Franja), agrupaciones
de las gestiones de algunas carreras, con un fuerte discurso
anti toma, capitalizaron esa corriente conservadora,
llegando a un 19% de los votos y quedándose en el segundo
lugar. Pero la
novedad fue el tercer lugar que logró el frente
kirchnerista (La Vallese, La Cámpora…) quienes realizaron
una campaña profundamente ideológica, apoyándose en la
“mística” “nacional y popular” emanada por 6,7,8,
del difunto K y su gobierno, realizando importantes
elecciones en las carreras de Trabajo Social y Comunicación.
La izquierda organizada en La
Comuna tuvo como principal virtud el plantar bandera
defendiendo al proceso de lucha y la independencia del
gobierno nacional y la gestión. Pero principalmente el ser
el único frente que defendió la estratégica alianza del
movimiento estudiantil con los trabajadores. No obstante
esto, realizó una relativa floja elección quedando en el
cuarto puesto con el 15% de los votos.
En Filosofía y Letras las
elecciones se realizaron a la semana siguiente que en
Sociales. La
Juntada (La Mella) se alzó con el triunfo en el Centro de
Estudiantes con un 25% desplazando a un segundo lugar a poco
más de 100 votos a El Bloque con un 23% y tercero con un
18,6% el FUP (kirchnerismo).
Aquí el kirchnerismo, que contó con todo el apoyo
del aparato de la gestión, no sólo capitalizó el voto K,
sino que también conquistó el voto anti toma, desplazando
a “Púan para que” (ex Franja) al cuarto lugar, quienes
perdieron 10 puntos porcentuales en relación a la elección
pasada.
El Bloque, a pesar de perder el
Centro de Estudiantes, realizó una buena elección.
Lamentablemente la insoportable rosca que duró semanas
entre el PTS y el PO, generó un desgaste prematuro de El
Bloque, haciendo que éste llegue muy “herido” a la
elección, sin haber podido realizar un plenario abierto
previo a su cierre, sin haber podido elaborar un material
común, con un afiche que llego tardísimo y con dos semanas
menos de campaña que nuestros contrincantes. Si a esto le
sumamos que las elecciones se realizaron en la primera
semana de diciembre, cuando los compañeros del CBC ya no
estaban cursando, podemos suponer que el triunfo era una
realidad posible. Pero como
dijo Aristóteles: la única verdad es la realidad, y ahora
nos corresponde la tarea de conformar con todos los compañeros
que protagonizaron el estudiantazo un bloque que defienda la
independencia política del CEFyL que está seriamente
comprometida en manos de La Juntada.
Del Estudiantazo a las urnas
Los datos electorales, como
dijimos, son contradictorios. Después de la mayor lucha
estudiantil de los últimos años, los resultados de Filo y
Sociales muestran a las organizaciones que menos voluntad de
lucha tuvieron al frente de los Centros, y al gobierno
nacional fortalecido. Pero estos datos objetivos deben ser
analizados en perspectiva.
En relación al kirchnerismo,
queda por ver
la capacidad que tendrán de conformar una corriente orgánica
dentro del movimiento estudiantil. Muchos estudiantes le
dieron momentáneamente su aval confiando en una supuesta
profundización del supuesto modelo “nacional, popular y
latinoamericanista”. Con ese discurso inclusive se cooptó
a un sinnúmero de agrupaciones que se decían de la
“Izquierda Independiente”. Por lo pronto toda su retórica
izquierdista choca de bruces con una política que desde la
muerte de Néstor a la fecha no ha sido otra cosa que un
corrimiento al centro político refugiándose en el aparato
del PJ, la burocracia sindical, la UIA y abriendo el diálogo
con el Fondo Monetario. El gobierno de Cristina, lejos de
hacer ningún giro a la izquierda, se juega a arrebatarle
las banderas a la derecha, tratando de lograr un pacto
social contra los trabajadores que le garantice la
gobernabilidad y la potencial reelección en el 2001.
Por otro lado, la Corriente Julio
Antonio Mella, ha sido una de las corrientes más
despolitizadas y despolitizantes de los últimos años, cuyo
discurso antipolitica, antipartido y anti izquierda le ha
abierto las puertas de par en par al kirchnerismo. Pero lo
que esta corriente ha realizado en estas elecciones es sin
lugar a dudas un salto en su adaptación política. Su recién
estrenado apoyo crítico al gobierno no es más que
postrarse ilusionado a la espera de que el gobierno de
Cristina de un giro a la izquierda. Se comieron enterito el
verso de 6,7,8, TV Registrada y El Argentino, y esto en la
misma semana en que el gobierno reprime en Formosa, promete
pagar cash al Club de Paris y mete por la ventana el control
del FMI. La Mella ha quedado pegada a todas las medidas del
gobierno, sin tener la valentía política de salir a
defenderlas en las calles, ha pasado de ser la “izquierda
independiente” a ser la “izquierda inconsecuente” del
kirchnerismo en una reedición tardía y caricaturesca del
socialismo nacional de Abelardo Ramos.
Por último, era esperable que un
proceso tan largo y desgastante de lucha, genere una reacción conservadora en un sector de los estudiantes;
en Sociales donde la toma fue sensiblemente más larga se
sufrió con mayor intensidad. No obstante esto, no debemos
impresionarnos, estos resultados no borran la inmensa
experiencia que ha dejado el estudiantazo. La rebelión
estudiantil nos dejó ante todo una nueva camada de
luchadores que salieron a las calles a pelear contra la política
educativa de Macri y los K. Esos compañeros, más allá del
bajón que en un primer momento puede generar estos
resultados electorales, siguen estando al pie del cañón
para defender los triunfos que alcanzamos con la lucha,
triunfos que debemos hacer realidad y que están seriamente
comprometidos si dependemos de la voluntad de lucha de La
Mella.
La experiencia de la rebelión
estudiantil, el ejemplo de Mariano Ferreyra, y la
vergonzante capitulación en cuotas de la “izquierda
independiente” al gobierno nacional y popular, nos dejan
la inmensa enseñanza que la única izquierda independiente,
que el único socialismo es el que lucha codo a codo junto a
los trabajadores, sin depositar ninguna confianza en ningún
sector patronal, por más progre que se presente. Desde el
Nuevo MAS, seguiremos en las aulas, en las calles y en la
lucha, defendiendo un movimiento estudiantil independiente
de los patrones y que construya en la lucha la alianza
obrero-estudiantil.