“Yo
no recuerdo una cosecha
como ésta. No podemos estar menos que satisfechos y
agradecidos”. Luis Di Rocco, gerente del Centro de
Acopiadores de Tres Arroyos.
El corazón triguero argentino, el sudeste bonaerense, ha
tenido la mejor campaña de los últimos 10 años. Las
buenas lluvias y las excelentes condiciones climáticas
permitieron rindes superiores al 20% de su media histórica.
La exportación triguera argentina ha sido históricamente
un remanente del consumo interno. Por distintas
circunstancias, las campañas 2008/9 y 2009/10 promediaron
los 8 millones de tn, casi la mitad de producción de las
mejoras campañas, por lo que los saldos exportables fueron
reducidos. Pero para esta campaña 2010/11 se espera una
producción no menor a los 13 millones de tn, lo que sumado
al millón de stock inicial implican un saldo exportable de
7 millones de tn, y teniendo en cuenta el incremento
internacional de los precios de las materias primas, el botín
en disputa vuelve a tensar el escenario.
Esta circunstancia ha provocado un nuevo “paro del
campo”. Si bien ha sido una medida simbólica, ha
permitido la vuelta a la escena de la Mesa de Enlace,
bastante desdibujada por sus desaveniencias internas en el
último período, reclamando la “normalización de los
mercados” y el “cese de las acciones distorsivas del
gobierno” junto al viejo reclamo de la “segmentación de
las retenciones mientras se mantengan”.
A pesar del increíble ofrecimiento de créditos sin interés
por el gobierno, la Mesa de Enlace salió a denunciar a los
“grupos concentrados de la molinería y la exportación”
por no pagar el
mejor precio posible. En Rufino, Buzzi denunció que el
gobierno elige beneficiar a las multinacionales, al cerrar
la exportación para que compren barato y después vendan a
precio internacional. Si ese fuese el problema, lo más lógico
sería la nacionalización del comercio exterior, y no
“que vuelvan a competir en el mercado los distintos
componentes de la demanda, ya que si no existen
restricciones los precios serán superiores”.
En estos tire y afloje de ambos sectores burgueses, los
trabajadores somos convidados de piedra. Ni el gobierno ni
la Mesa de Enlace representan nuestros intereses ni dan
cuenta de nuestros reclamos.
Los trabajadores tenemos que empezar a calentar
motores de cara a la discusión paritaria que se va a venir
dura, y ahí no nos va a quedar otra que salir a enfrentar a
todos los bandos patronales.