En medio
de un nuevo conflicto por el reparto de la “torta” entre
el gobierno y la patronal agraria, aquél inició una campaña
de denuncias contra las condiciones de esclavitud laboral de
los trabajadores rurales.
De la mano
de la AFIP, “descubrieron” mano de obra esclava
reclutada en provincias como Santiago del Estero y Tucumán,
prestando servicios para empresas multinacionales como
Nidera, Southern Seeds Production y Status Ager. Situaciones
denunciadas sistemáticamente por organizaciones como el
MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) o la
Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Mendoza.
La mano
dura de la justicia contra estas patronales hasta ahora llegó
hasta ahí, iniciando causas por esclavitud laboral, trata
de menores y… algunas evasiones impositivas de importantes
montos de estos pulpos. Blandieron la aplicación del art.
140 del Código Penal, que sanciona los delitos contra la
libertad individual. [1]
Para los
trabajadores que fueron “encontrados” se inició una
negociación para mejorar su paga y volverlos a su provincia
natal, de la que emigraron buscando un peso para subsistir.
Dos proyectos: una sola explotación
Las
denigrantes condiciones en que fueron encontrados estos
trabajadores en distintos puntos de la Provincia de Buenos
Aires pone al desnudo la brutalidad de la elegante patronal
agraria que está llenando sus bolsillos y sus cuentas
bancarias a costa del sacrificio de trabajadores prácticamente
“secuestrados” que ni siquiera tienen derecho a volver a
su casa. Están por fuera aún del sistema de contratación
actual para los trabajadores rurales que se encuentran
registrados.
Para estos
últimos rige el Estatuto del peón del campo. Éste se
instituye el 8 de julio de 1980 por el decreto-ley 22.248,
que excluyó a los trabajadores rurales de la Ley de
contrato de trabajo (20.744). Entre otras cosas, establece
que la duración de la jornada laboral estará sometida a
los usos y costumbres de la región o la naturaleza de la
explotación que se realice.
Estas son
las normas mediante las cuales los Biolcati y Cía. someten
a los empleados que están anotados legalmente.
En el
Congreso Nacional se presentaron dos proyectos sobre el
tema. El de la oposición, del diputado Felipe Mouillerón,
y el del oficialismo denominado Nuevo Régimen de Trabajo
Agrario, anunciado el 22 de junio de 2010 por la Presidenta
y el ministro Tomada y desempolvado a partir de esta campaña
de denuncias.
La discusión
pública entre patronales, gobierno y dirigentes sindicales
sobre las diferentes presentaciones no es sobre si un
trabajador rural debe tener una jornada de 8 ó de 9 horas,
si se le debe pagar aguinaldo y/o vacaciones o si debe tener
prestación médica cuando se insola o entumece de frío.
Tampoco es la escala salarial, que según el acuerdo firmado
en el Ministerio de Trabajo el 20 de setiembre del 2010
asciende a un sueldo mensual de $ 2.210,07 y un jornal de $
97,24 para los peones rurales (la categoría más baja) y
uno de $ 2.589 y $ 113,90 respectivamente, para los mecánicos
tractoristas (la categoría más alta). Sin incluir comida y
aguinaldo, porque trasciende de la omisión que no es
obligación del empleador pagarlos. Si el empleado tiene la
suerte de que en el contrato laboral figure la inclusión de
la comida le pagan $ 322,47 por mes ó $ 10,73 por día y si
además lo mandan en el perímetro comprendido entre Chubut
a la Antártida Argentina, recibirá un 1,20% más sobre su
jornal.
La
diferencia que ha hecho trinar a Gerónimo Venegas,
secretario general de la UATRE (Unión Argentina de
Trabajadores Rurales y Estibadores) es el punto del proyecto
gubernamental que propone crear un consejo para la seguridad
social porque opina que es el principal ataque en contra de
su gremio y la autonomía del ReNaTRE (Registro Nacional de
Trabajadores Rurales y Estibadores).
¿Qué es
esta sagrada institución que el Sr. Venegas defiende a capa
y espada? Creado por la ley 25.191 y su decreto
reglamentario 453/01 regula, entre otras cosas, el Sistema
Integrado de Prestaciones por Desempleo, estableciendo sus
montos mínimos y máximos, establece que OSPRERA es la obra
social de los trabajadores rurales, que la UATRE administra
el servicio de Bolsas de Trabajo para la realización de
tareas no permanentes. En fin, administra la mano de obra
disponible y la contratación patronal.
De acuerdo
al proyecto gubernamental, este organismo pasaría a
depender del Ministerio de Trabajo.
Por eso el
Sr. Venegas, que además tiene doble jornada laboral porque
es director también de la obra social, no quiere saber nada
que se metan en sus asuntos. “¡Acá mando yo y no me
vengan a auditar mis negocios!”, es su grito de guerra.
Patronal que me quiere mucho, poquito, nada
Junto con
esta arremetida contra los señores del “campo”, el
gobierno continúa la propia contra la señora Noble, que
despidió a delegados de su empresa AGR, del grupo Clarín.
Ambas
patronales son ejemplares modelos del capitalismo en la
Argentina. Tan antiguas como la explotación a que están
sometidos los trabajadores del campo desde comienzos del
siglo pasado y los trabajadores de Clarín desde antes que
el gobierno K le declarara la guerra a los Noble.
El
gobierno y el Estado despliegan su aparato de funcionarios y
mediático en torno a estos ejemplares de demonios.
Pero el
combativo ministro Tomada no dice nada de la situación
denunciada por el Movimiento Campesino de Formosa (MoCaFor)
sobre la esclavitud en la provincia del gobernador K Gildo
Insfrán, ni de
los trabajadores despedidos de Paraná Metal con la fábrica
cerrada (que él contribuyó a hundir con el acuerdo del año
pasado firmado en su Ministerio), ni menos aún de los
trabajadores tercerizados. No habla de las promesas, aún
incumplidas, de la reincorporación y pase a planta
permanente de los trabajadores ferroviarios tercerizados que
luchan contra la extrema precarización laboral a que están
sometidos.
¡No! Ahí
están los patrones y los burócratas que el gobierno
defiende a rajatabla: no toda la patronal es chupasangre y
antidemocrática si se comparten los mismos proyectos de
explotación económica y políticos.
Contra la patronal agraria y sus secuaces
Durante el
conflicto del 2008 entre el gobierno y la patronal agraria
una franja importante de trabajadores simpatizaron con el
“campo”, ubicándose en contra del gobierno desde una
equivocada posición, confundiendo los intereses de los
trabajadores rurales con los de los dueños de las tierras,
el ganado, las cosechas.
Esta
realidad de los trabajadores esclavizados y superexplotados
muestra quiénes son las verdaderas víctimas, los que
fueron ignorados durante aquel conflicto. Hoy aparecen en
los medios y se conoce esa cruda realidad. Pero con eso sólo
no alcanza. Los chisporroteos K van a morir cuando terminen
esta campaña mediática o, en el mejor de los casos, cuando
logren imponer su ley en el Congreso o se calmen las aguas
con los agrarios.
Pero esto
no soluciona los problemas de los trabajadores. Éstos
tienen una sola forma de mejorar sus condiciones de vida y
enfrentar a las patronales y sus gobiernos: la lucha, la
movilización y la organización independiente de los
“gordos” de la UATRE.
Al
“todos unidos triunfaremos…” (patrones y obreros
juntos) del slogan peronista debemos contraponer el “todos
unidos los obreros” contra la patronal, el gobierno y la
burocracia.
Nota:
1. Art.
140: “Serán reprimidos con reclusión o prisión de 3 a
15 años el que redujera a una persona a servidumbre o a
otra condición análoga y el que la recibiere en tal
condición para mantenerla en ella”.