Estas líneas no intentan ser un balance ni nada por el
estilo. Pero el hecho cierto es que el martes 1° por la
noche había un estado deliberativo entre los compañeros
porque se generó una
alegría pero también incertidumbre frente a la evolución
de la negociación. Todos se preguntaban por qué
dejaron afuera a sus representantes en las negociaciones…
Todos estos meses de lucha estuvieron recorridos por dos
orientaciones entre los trabajadores. Un sector de compañeros
confió todo el tiempo en el diálogo y las negociaciones
como único camino para conseguir el pase: el
solo hecho de ser recibidos por la empresa y el Ministerio
era evaluado como “un paso adelante”, por más que fuese
una nueva promesa incumplida. Si bien nunca negaron de
plano la necesidad de hacer alguna medida, jamás la vieron
como necesaria u oportuna.
Pero también hay compañeros, influenciados por la
experiencia del Roca, que correctamente veían la necesidad
de imponer el pase por el camino de la lucha. De hecho, se
planificó un corte para el 23 de diciembre que se levantó
a 5 minutos de realizarse… Después de este hecho, desde
el nuevo MAS decíamos: “Para nosotros, la única manera
de ganar el pase a planta permanente es tener
una estrategia que ponga la relación de fuerzas del lado de
los trabajadores y eso se consigue produciendo hechos de
lucha contundentes” (SoB 192 27/01/10).
La empresa y el gobierno rompen las “negociaciones”
La noche del 24 febrero finalmente se descubrió la trampa
que venían preparando el gobierno, la empresa y la
burocracia: pase sí…
pero de la mano de la Verde. La bronca de los
trabajadores desbordaba pero no se pudo organizar ninguna
medida inmediata, porque al día siguiente estaba anunciado
el paro en defensa del asesino Pedraza. Por eso no se votó
ninguna medida y se quedó para una próxima asamblea para
el día 28 y ahí resolver qué acciones se iban a tomar.
El lunes 28 nuevamente se planteó la discusión: ir a
alguna medida de lucha o buscar algún diálogo. El diálogo
que se “encontró” fue la reunión del día siguiente
entre la Verde y la empresa. La asamblea fue muy complicada
y se estuvo al borde de la ruptura, porque las opciones eran
dos: ir a una media de lucha más contundente o ir “como
peludo de regalo” a la reunión de la Verde a tratar de
imponer la presencia de los compañeros. La realidad es que
producto del “dulce” de la expectativa de que el pase
“ya está”, por mayoría se decidió la segunda opción.
El martes primero, antes de que la delegación fuese al
Ministerio –la mayoría se quedó en el hall del Belgrano
cortando las boleterías–, desde el MAS advertimos lo que
iba suceder, se iba negociar sobre el expediente que abrió
la burocracia como
forma de dejar a un lado a los tercerizados y a la
izquierda.
De todos modos,
seguramente esta historia continuará, e incluso si el
Ministerio y la empresa concretan el pase en estas
condiciones, esto será subproducto de la lucha general que
los tercerizados en su conjunto vienen llevando adelante
desde hace meses y meses y que llegó al extremo de cobrarse
la vida de Mariano Ferreyra.