Las
mujeres volvemos a ser noticia de tapa, noticias
escalofriantes, que ponen la piel de gallina. Morir
quemadas, ése fue ¿el destino? de cuatro mujeres en lo que
va de este año. En dos semanas, siete mujeres fueron
quemadas por parejas o ex parejas. Tres siguen internadas.
Los
maridos o novios de estas mujeres, en todos los casos,
dijeron que ellas intentaron suicidarse o que se incendiaron
limpiando CDs con alcohol. Ellos llegan al hospital con las
manos quemadas manifestando que fue por “haber intentado
ayudarlas”…
Todas
las excusas y motivos presentados por los asesinos son
copias de los casos anteriores. El novio de Fátima,
asesinada en diciembre de 2010, dijo que estaba limpiando
CDs. La pareja de Ivana, que fuera quemada y falleció en
enero de 2011, también dijo que estaba limpiando CDs. El de
Carola dijo que ella se roció con alcohol y amenazó con
suicidarse, lo mismo que dijo Eduardo Vázquez (baterista de
Callejeros) cuando Wanda, su mujer, fue quemada por él.
Burdos argumentos, pero por ahora efectivos
para que la Justicia al servicio del sistema patriarcal no
los condene.
Las
mujeres quemadas, no bien son internadas, deben ser
inducidas al coma para no sufrir el dolor insoportable que
les causan las quemaduras. Nunca más suelen volver a ser
escuchadas, no se puede saber por boca de ellas qué es lo
que les pasó.
Pero
estos crímenes tuvieron avisos: maltrato verbal,
menosprecio, encierros, prohibiciones, golpes. Después del
asesinato todos empiezan a hablar y cuentan la violencia
sufrida por estas mujeres y que muchas veces había sido
denunciada ante la Justicia. Y no fueron escuchadas, no
fueron vistas, alguien no hizo su trabajo.
Toda
la sociedad se horroriza. Morir incinerada es una de las
formas más horrendas que se puedan imaginar, es casi
impensable…
Y
ya no es sólo Wanda, son también Sabrina, Lidia, Betiana,
Alejandra, Norma, Carmen, Gladis, Fátima, Vanesa, Dora,
Catherine, Verónica, Ivana, Carolina, nombrando sólo las
que murieron durante 2010 y lo que va del 2011. Sus edades
van de los 17 a los 36 años.
El discurso oficial
Para
evitar esta violencia, nos alientan a tener confianza en
nuestras fuerzas, a sobreponernos y pedir ayuda, a abandonar
al violento. Nos dicen que trabajando estos temas, hablando
sobre ellos, vamos a revertir la situación. Es nuestra
decisión poder superarla revirtiendo los estereotipos de
machismo y discriminación hacia la mujer.
Los
éxitos de este discurso son notorios: antes, el asesino era
siempre el marido; ahora, ¡cada vez hay más ex maridos!
Gracias a las campañas de concientización con que nos educó
el gobierno nacional y popular, los asesinos, como ya los
abandonamos, para matarnos tienen que tomarse un colectivo.
¡Gracias, Cristina!
Los
asesinatos de estas mujeres aparecieron hasta en la CNN, y a
la Presidenta parece no haberle afectado mucho que las
mujeres sigamos sufriendo atrocidades como éstas. No se la
escuchó hacer ningún comentario. La única declaración
oficial fue la del presidente del INADI, Claudio Morgado:
“Como defensores de los derechos humanos y por nuestro
compromiso con este modelo de país inclusivo, democrático
y plural, no podemos aceptar que sigan torturando, vejando y
matando mujeres víctimas de la violencia de género. Es
urgente y no podemos permitir que muera ni una sola mujer más
víctima de la violencia de género.”
Sí, Morgado, no lo podemos permitir, pero para que no muera ni
una más hay que abrir los ojos a la realidad. 2009: 231
femicidios, 2010: 260 femicidios (fuente: Observatorio de
femicidios, Adriana Maricel Zambrano).
Esta
es otra característica de la ideología con que el gobierno
maneja la violencia hacia los oprimidos. Cuando el gobierno
de Formosa asesinó a dos indígenas que luchaban por sus
tierras, mandaron a sus compañeros a hablar con Morgado,
como si esas muertes hubieran sido un acto de discriminación
racial, cuando en realidad son crímenes cometidos por la
patronal agraria que quiere extender la sojización apropiándose
de las tierras de campesinos pobres.
Con
los femicidios, lo mismo: el violento se cree propietario de
ella, de su cuerpo, de su vida, de su trabajo. Sólo está
llevando a cabo lo que le encomendaron la Iglesia y el
Estado en el voto del matrimonio: “se mantendrán juntos, hasta que la muerte los separe”. Pretender que esto se arregla con
las campañas de concientización del INADI es creer, como
siempre, que el problema lo tienen que resolver las mujeres.
Después
de que la Presidenta se notifique de que hay más asesinatos
de mujeres en Argentina que en Afganistán, habría que
empezar a hacer algo. Por ejemplo, reformar la Ley de
Protección Integral de la Mujer, donde no hay una sola
medida concreta destinada a ofrecer alternativa de vivienda,
trabajo, intervención del Estado en los medios de
comunicación donde se promueve violencia sobre las mujeres.
Las sanciones al golpeador en esta ley son casi un chiste:
“advertencia”, “llamado de atención”; las penas
vigentes son las del Código Penal, que sólo condena a los
asesinos. No hay penas de reclusión para los golpeadores y
violentos. Siguen libres hostigando a las mujeres hasta
matarlas, a pesar de las denuncias de las víctimas, de los
testimonios de familiares y vecinos, y de las propias
amenazas del golpeador.
¿Qué podemos hacer las mujeres y las organizaciones
populares?
Las
mujeres tenemos que organizarnos para luchar por nuestros
derechos, no sólo hacer las acciones individuales
necesarias para salir de estas situaciones de violencia:
debemos juntarnos y conquistar todos los derechos que nos
permitan ser sujetos de nuestra propia vida.
Pero
también las organizaciones sindicales, sociales y políticas
tienen que comprometerse a apoyar a las mujeres. Los
sindicatos tienen que movilizarse y perseguir al golpeador,
que les va a tener más miedo del que su víctima le tiene a
él. Las organizaciones obreras tienen que luchar por el
acceso de las mujeres al trabajo y la vivienda, para que no
tengan que depender de ningún psicópata para mantener a
sus hijos, así como garantizarles el acceso a protección
legal gratuita y la exclusión de los hogares y encierro a
todos los golpeadores.
Por
eso te invitamos a organizarte junto a Las Rojas a luchar
por:
• Basta de femicidios, cárcel a los golpeadores
• Aborto libre legal, seguro y gratuito. Libertad a Romina Tejerina
• Por organizaciones obreras y populares que apoyen los derechos de
las mujeres
•
Por un movimiento de mujeres independiente del gobierno
y aliado a las luchas obreras y populares