Socialismo o Barbarie, periódico Nº 197, 18/03/11
 

 

 

 

 

 

Elementos de balance y perspectivas

¿Qué ha pasado en Wisconsin?

Por Kasandra Dalton
Corresponsal de Socialismo o Barbarie en EEUU, 13/03/11

Como informásemos en artículos anteriores, una propuesta de ley hecha por los republicanos que elimina de manera sustancial los derechos de organización sindical de los empleados públicos de Wisconsin, desató una movilización de dimensiones históricas para los Estados Unidos, con toma de edificios públicos por tres semanas y con protestas cotidianas que alcanzaron las 100 mil personas.

La situación ahora: el balance

Una de las actualizaciones más importantes que debemos hacer es que la propuesta de ley recién fue aprobada por ambas cámaras legislativas del gobierno estatal de Wisconsin.

Esto en principio ha sido una derrota para el movimiento, puesto que toda la movilización y descontento no fue capaz de forzar al legislativo estatal, controlado por los republicanos, de retirar la propuesta de ley. Así las cosas, los empleados públicos de Wisconsin deberán limitar sus convenciones colectivas a aspectos salariales exclusivamente. El gobierno estatal elimina su participación en la recolección de cuotas sindicales y se fuerza a los trabajadores públicos a renovar su afiliación sindical de manera anual.

Como hemos señalado en los artículos anteriores, esencialmente la nueva ley busca destruir los derechos de organización sindical independiente que la clase trabajadora pública de Wisconsin había ganado y mantenido por aproximadamente 60 años. Claro que el discurso republicano de lo que habla es de responsabilidad fiscal y de privilegios por parte de los y las trabajadores públicos.

De momento la movilización continúa pero con un futuro incierto. Esto porque la dirección política de la lucha ha estado en manos de sectores que son socios políticos dentro de los Estados Unidos: el Partido Demócrata y las burocracias sindicales (AFL-CIO).

La apuesta política de estos sectores es fundamentalmente capitalizar la movilización de cara a las próximas elecciones legislativas estatales –que serán dentro de más de un año–. Y sobre la base de una nueva configuración política del legislativo estatal revocar la ley aprobada por los republicanos.

Las perspectivas.  El problema de dirección

Creemos que es fundamental ubicar lo que está sucediendo en Wisconsin dentro del más amplio espectro de la realidad de coyuntura norteamericana y dentro de lo que podríamos llamar la reaparición del fantasma de la movilización en los Estados Unidos.

La realidad inmediata de los Estados Unidos sigue signada por la crisis económica. A pesar de tímidos intentos de recuperación, lo cierto es que la economía norteamericana sigue en un momento difícil, con cifras de desempleo que permanentemente amenazan llegar a las dos cifras, según datos gubernamentales; pero es un hecho que un desempleo superior al 10% es la realidad desde los primeros efectos devastadores de la crisis. Si a esto le sumamos la ausencia de cualquier asomo de estado de bienestar que amortigüe los efectos del estancamiento macro- económico entonces tenemos un panorama nada alentador para las condiciones de vida de las masas.

La primera reacción a esta dinámica vino por la derecha con los Tea Parties, organismos políticos super conservadores que sintetizan los elementos más atrasados de la sociología y política norteamericana, quienes lograron poner algunas piezas dentro del entramado electoral de los republicanos en las pasadas elecciones legislativas. En este sentido, la política de los republicanos ha sido siempre dirigir este movimiento hacia su política y utilizarlo como capital electoral.

Pero ahora la crisis también ha determinado la reaparición del fantasma de la movilización.

En distintas oportunidades, como las movilizaciones estudiantiles del año pasado en California en contra de los aumentos de matrícula, la toma relámpago de una fábrica en Chicago al principio de la crisis como medida para evitar los despidos, las movilizaciones de la clase trabajadora inmigrante en contra de la ley racista en Arizona, y finalmente las movilizaciones masivas en Wisconsin, han introducido de nuevo dentro de la vida política de EE.UU. la movilización como método de lucha.

Este fenómeno es de una importancia extrema puesto que la movilización había prácticamente desaparecido de la conciencia política norteamericana desde la lucha por los derechos civiles y el movimiento antiguerra de los 60.

Así, la momentánea derrota en Wisconsin no debe invisibilizar de nuestra perspectiva este movimiento de conciencia hacia la izquierda de sectores de masas norteamericanos dispuestos a luchar, pero todavía confusos debido a la falsa dirección política tanto de los demócratas como de las burocracias sindicales. Una vez más debemos decir que nuestra tarea debe ser construir precisamente esa alternativa de dirección política inexistente, pero necesaria para que luchas centrales como la que ocurre ahora mismo en Wisconsin no se difuminen sin resultados tangibles.

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