Llamado al PO, el PTS e IS
Hace falta una campaña común
contra el
intento de proscripción K
En los últimos días
comenzaron a realizarse reuniones entre el PO, el PTS, IS y
nuestro partido para intercambiar ideas para las próximas
elecciones. La iniciativa corrió por cuenta de nuestro
partido que a propósito de la convocatoria electoral de
Macri para la Capital planteó la urgencia de realizar una
reunión para comenzar a discutir la posibilidad de
enfrentar el proceso electoral mediante un Frente Clasista
entre nuestras organizaciones.
La realidad es que,
de conjunto, las elecciones vienen muy complejas para la
izquierda, sobre todo producto de que está en marcha la
aplicación de la proscriptiva ley electoral K. El hecho es
que, al momento, la única organización que tiene legalidad
nacional es el PO. Sin embargo, siquiera el propio PO tiene
sus legalidades aseguradas en los distritos más
importantes; al mismo tiempo, entre las cuatro
organizaciones se completa un verdadero
"rompecabezas" de legalidades donde ninguna puede
decir tener la "llave" para superar la proscripción.
Está claro, además,
que las dificultades se agigantan cuando se trata de las
internas abiertas a realizarse el 14 de agosto y para las
cuales funciona el criterio excluyente de los 350.000
votantes para pasar a la presidencial (un hecho "increíble"
es que las internas todavía no están reglamentadas...).
En estas
condiciones, desde el Nuevo MAS opinamos lo siguiente. En
primer lugar, no hay como pensar en la posibilidad de dar
una respuesta de independencia de clase a las elecciones
sino se parte de una campaña de denuncia pública y clara
contra los intentos proscriptivos. Es que como nunca desde
1983 peligra la presentación electoral de la izquierda y
sería una aberración que la propia izquierda no encabezara
esta campaña, que en el fondo, no es otra cosa que la
defensa de los derechos políticos de un amplio sector de la
vanguardia obrera y estudiantil independiente.
Buscar la legalidad
de cada partido por su lado (lo que es un derecho y una
obligación por así decirlo) desligado de una firme campaña
de denuncia política de esta realidad antidemocrática de
la democracia patronal bajo los K, sería un gravísimo
error de adaptación a las reglas de juego existentes que
buscan consagrar al bipartidismo e invisibilizar a la
izquierda clasista que es la que se está expresando en el
proceso de recomposición de la vanguardia obrera.
Pero hoy otra cuestión: una de dos,
o se enfrenta el intento proscriptivo en su conjunto, o lo
que se desata es una guerra de todos contra todos donde en
vez de buscar derrotar el régimen –que es el que está
tratando de impedir la participación de la izquierda– se
intenta sacar alguna ventaja a expensas del resto de las
corriente de izquierda en función de las legalidades que
tendría cada uno.
Desde el Nuevo MAS
proponemos otro método: creemos que el conjunto de las
legalidades que poseemos (nacionales, federales,
provinciales y municipales) debemos ponerlas a disposición
de la construcción del Frente Clasista como tal, poniéndolo
en pie como hecho político independientemente de las
legalidades que tenga cada uno de los partidos.
Estas últimas
tendrán su peso, obviamente, a la hora de precisar las
proporciones en el frente que constituyamos. Pero no pueden
ser condición para una salida de tipo sectaria donde de no
constituirse la unidad entre las cuatro corrientes que
estamos en conversaciones, las posibilidades de superar el
escollo proscriptivo sólo disminuirán exponencialmente.
Así las cosas,
llamamos al PO, el PTS e IS a continuar los debates que
hemos comenzado resolviendo a la brevedad una campaña en
común contra la proscripción y estableciendo un criterio
principista respecto de las legalidades que eviten desatar
una guerra de todos contra todos cuyo efecto sólo podrá
ser impedir un frente de la izquierda independiente y
luchadora que pelee en octubre por la independencia de
clase.
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