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Bolivia: intervención de Martín Camacho
“Comienza una experiencia de
la población
con el gobierno”
“(…) Hay una ola inflacionaria en el mundo, que en
Bolivia repercute propagando las luchas de forma imprevista,
en el contexto de que la rebelión popular no está
derrotada. El gobierno intentó hacerlo en estos años, y el
año pasado se dieron conflictos donde la base masista
empieza a hacer una experiencia con el gobierno que se decía
popular y hablaba de socialismo comunitario.
Evo empezó a girar cada vez más a la derecha, tomando
medidas que iban en contra de la clase trabajadora. En otro
plano, la economía no estaba dando los resultados que se
anunciaban: el gobierno decía que la economía estaba muy,
muy bien, y en el bolsillo de la gente no se notaba lo
mismo.
En diciembre el gobierno decreta un aumento de la gasolina
a un precio parecido al de Perú. Esto de equiparar con el
precio regional era para evitar el contrabando. Este
subsidio que tenía la gasolina viene de hace once años,
era de 380 millones de dólares. Al bajar el subsidio las
gasolinas aumentaron entre 70 y 100 por ciento, dependiendo
del derivado. Esto dio lugar a una ola de movilizaciones muy
grande. El decreto salió un domingo, y el miércoles el país estaba totalmente
paralizado. El gobierno tiene que dar marcha atrás el
31 de diciembre a las 10 y media de la noche.
En esta ola de movilizaciones salen los movimientos más
sociales, porque había una
cuestión que unificaba las luchas, el tarifazo, que
unificaba desde al que vende dulces hasta el gran productor
agrícola. El gobierno trata de frenar esto dando un aumento
salarial del 20 por ciento a cuatro sectores, dos de ellos
los más combativos, el magisterio y la salud, y a la policía
y el ejército. El
magisterio y la salud rechazan el aumento, no dejándole
margen al gobierno para salir de este conflicto.
En esa semana no entra la clase obrera de La Paz, aunque sí
en algunas regiones como Oruro y Potosí, pero habían
amenazado con que si el gobierno seguía con el decreto el
lunes o martes se sumaban los mineros de Wanuni y ahí la
cosa iba a ser muy distinta. Además, había base campesina
desde los sindicatos rechazando la medida del gobierno.
Esto dio lugar a apreciaciones erróneas en la izquierda,
que comparaba al gobierno de Evo Morales con el de Sánchez
de Losada, el gobierno neoliberal clásico del 2003 echado
por la movilización popular.
El gobierno sale muy mal parado de esto. El año pasado
había tenido cuatro conflictos grandes y se empezaba a
decir que este año iba a ser el de las grandes luchas en el
país. El descontento era cada vez más grande, y en ese
contexto hay otro tarifazo que es al azúcar: la ponen también,
con el mismo argumento, equipararla con el precio de Perú.
Hubo semanas y semanas que la gente tenía que hacer horas
de cola para conseguir dos kilos de azúcar, vendida sólo
por el gobierno: estaba
prohibida la venta en los supermercados.
Luego de esto, al aumentar las gasolinas los precios
aumentaban también, casi al 100 por ciento. Estos precios,
aun luego de bajar el decreto, no volvieron a bajar; o sea, el
gobierno desató con el decreto una inflación que después
no pudo detener. En esta situación, el gobierno va a
dar solamente 10 por ciento de aumento a los cuatro sectores
antes mencionados. Este aumento es rechazado por la COB y ahí
es donde la Central, que venía a la rastra del gobierno,
empieza a girar un poquito a la izquierda para que los
trabajadores no le corten la cabeza, y plantea salir a la
movilización, por supuesto todo medido: paro de 48 horas el lunes y martes pasados, que no tuvo gran
repercusión por el desgaste que tiene la COB, pero el
martes sí empiezan a salir otros sindicatos en otras zonas
del país, no tanto en La Paz, pero sí el magisterio estaba
movilizado.
La COB tiene congreso, y su perspectiva es la reelección
de Pedro Montes, que es hoy en día lo más afín al
gobierno. Esto pone en problemas al gobierno, porque si no
arregla con la COB y Montes se desprestigia más, el otro
candidato está más a la izquierda que Montes.
Entre las corrientes de izquierda se está abriendo un
proceso de formar
ciertos organismos que sean reales en la lucha. Pero es
cuestión de ver si este año, en que comienza una
experiencia de la población con el gobierno, podemos dar
una perspectiva socialista y revolucionaria al proceso en
curso.
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