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Chile: intervención de Nico
“Se empezó a cerrar un ciclo político”
Tenemos el enorme desafío de construir una corriente
socialista y revolucionaria en el Chile capitalista
neoliberal de hoy. Es un gran desafío, pero tenemos enormes
perspectivas. En el 2008 y 2009 se empezó a cerrar un ciclo político, el del
proyecto de la Concertación de Partidos por la Democracia,
que es un conglomerado social-liberal de la Democracia
Cristiana, el Partido Socialista y otros partidos menores, y
el PC que funciona como furgón de cola.
Había un movimiento de masas importante desde la crisis
del 82, que llevó el desempleo al 30%, y ahí comenzó la
resistencia al régimen. En el 86 hubo un ascenso de masas
que anunció la caída del régimen. Esto es importante
decirlo, porque la
salida de Pinochet no fue una cuestión sólo por arriba,
fue una respuesta de la burguesía ante el peligro del
movimiento de masas, y eso fue la Concertación: ante la
deslegitimación de la dictadura, la
Democracia Cristiana y la burguesía armaron este proyecto,
y Pinochet convocó al plebiscito.
Después pasaron Frei, Lagos y Bachelet, y lo que llegó
fue Piñera, una piraña capitalista. Entonces no alcanza
con pelear por salarios, hay que destruir esa porquería de
la Concertación. Hay
un trabajo militante, político, para hacer, la crítica de
la transición a la democracia, y la izquierda no lo
hace.
¿Cómo empieza a terminar ese ciclo político? El ascenso
de masas se reinstitucionalizó, y hubo un desgaste de la
Concertación, y eso explica el triunfo de la piraña. Él
no sacó más votos que antes, sino que la
Concertación perdió votos. Esto hizo que la burguesía
más reaccionaria, y es una burguesía que tiene un
ejercicio de lucha contra el movimiento de masas. Al mismo
tiempo, estamos entrando en otro ciclo que no es todavía de
rebelión popular, es un proceso de transición hacia una mayor polarización social y política:
por una parte tenemos un gobierno ultrarreaccionario y por
otra parte tenemos la rebelión en Magallanes.
Tuvimos un terremoto de 8,9 y un tsunami, que como dijo
nuestra corriente acerca del terremoto de Japón, no es sólo
un fenómeno natural: impacta en forma desigual sobre una
sociedad desigual, los dos millones de damnificados no son
de las clases altas.
¿Qué hizo el gobierno? Mandó diez mil militares con
tanques y bombas lacrimógenas a dar “respuesta” a las
necesidades de la población… Había
un chiste gráfico que lo expresaba bien: aparecía un tipo
con una metralleta y decía “Arriba las manos, ayuda
humanitaria”. El terremoto fue un sábado. Pasó el
fin de semana y desde el gobierno no llegaba ninguna ayuda,
la gente dormía en la calle y no tenía nada para comer,
estaban sin luz, sin agua, y Concepción es una ciudad de
dos millones de habitantes y con tradición de lucha. Llegó
el lunes y la gente
se fue a las calles a sacar de los supermercados lo que
necesitaba. Lo desastroso fue que la izquierda, como el
PC, se hizo eco de la propaganda de los medios que mostraban
un tipo llevándose un plasma del supermercado, y se ponían
en contra de los saqueos. La CUT, que es una burocracia
repodrida, llegó a un acuerdo con las patronales para
frenar las luchas contra los despidos generados por el
terremoto y la izquierda tampoco dijo una palabra sobre ese
acuerdo, ni siquiera el PTR [Partido de Trabajadores
Revolucionarios, de la Fracción Trotskista - CI]. Por
ejemplo, toda la izquierda organizó la solidaridad obrera,
mandar cosas para los damnificados, pero eso no es una
respuesta porque la Iglesia hacía lo mismo y mandaba diez
veces más cosas. ¿Cómo debía expresarse la solidaridad obrera? Paro general y
expropiar los supermercados, porque las cosas están allí,
no hace falta mandarlas desde Santiago. Y esa discusión
no la dio nadie. Así que, compañeros, hay una necesidad y
una oportunidad de construir la corriente allá en Chile.
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