El pasado martes 22 Juventud Capital realizó una
charla con la presencia del compañero Oscar
Alba (delegado fabril en los 70, militante del PST y del
Nuevo MAS). Esta primera actividad de la Juventud contó con
la preparación e investigación de los compañeros del
equipo que prepararon la charla y los paneles
representativos con fotos y documentos de la época, y
fueron los encargados de presentar al compañero Oscar y
filmar la charla.
Suele
aludirse a los 70 como “los años de plomo” en relación
a la lucha armada como vía para el cambio social radical y
su enfrentamiento en un principio con las bandas fascistas
de la “Triple A” creadas por Perón y luego con la
cictadura militar. Sin embargo, la guerrilla no sólo no fue
la única, ni
tampoco la más masiva perspectiva estratégica de
aquel período. En ese sentido la exposición del compañero
Alba permitió destacar con interesantes matices la enorme
experiencia del ascenso
obrero de los 70 que el golpe militar del 76 vendría a
cortar de raíz. Este ascenso, gestado en un proceso mundial
donde sobresalían el Mayo francés, la Primavera de Praga,
etc., tuvo en nuestro país como primer gran hito al
Cordobazo, seguidos por el Viborazo y el Villazo, junto a
toda una serie de luchas contra el Pacto Social y los planes
económicos del gobierno peronista (Plan Rodrigo, Mondelli).
Al ir fracasando la mediación y la contención del
movimiento de masas y la vanguardia obrera que suponían los
sucesivos gobiernos peronistas y la llegada del propio Perón
al país, la burguesía aliada con el imperialismo descarga
la más brutal de las dictaduras sobre los trabajadores, el
pueblo y su vanguardia de luchadores. Aun así, la resistencia obrera a la política económica del régimen militar
y a su política represiva se haría sentir hasta bien
entrado el 79. Este rico proceso fue reflejado rescatando un
conjunto de experiencias como las coordinadoras fabriles, la
experiencia del movimiento estudiantil que pudo mirarse en
una clase trabajadora organizada gestando la unidad obrero-estudiantil.
Entre
la discusión estratégica
aparecieron mencionadas las distintas tendencias que iban
desde el etapismo y la colaboración de clases (encabezadas
por el PC), a la guerrilla que pretendía sustituir la acción
de las masas por las armas y de la que un sector depositaba
confianza en el líder burgués Perón. En este marco cumplió
un importante rol la pelea dada por el PST
(Partido Socialista de los Trabajadores) que defendió una
perspectiva de independencia de clase y luchó por una salida auténticamente
obrera y socialista, y por la centralidad de la clase
trabajadora en el proceso. Proceso éste que constituiría
una experiencia militante de toda una generación que
planteaba un cambio
revolucionario de la sociedad.
La
puesta en una perspectiva de conjunto del ascenso obrero de
los 70 permitió ver los límites del proceso, como así
también hacer paralelos y diferencias con algunos aspectos
de la actual recomposición
obrera en curso, reivindicándolo en toda su dimensión,
que excede con creces los estrechos límites “democráticos”
en que el régimen burgués actual y su gobierno quieren
ponerlo (o al decir de una de sus portavoces, la Sra. de
Carlotto: “nuestros 30.000 desaparecidos
peleaban por la democracia”). Queda más que claro
que peleaban por mucho más que la democracia: aun desde
distintas estrategias (algunas de las cuales la experiencia
histórica y sólo después de ella, se demostrarían
erradas) pelearon por la revolución y el socialismo.