En las últimas
semanas la crisis de la industria frigorífica se agravó y
la patronal la sigue descargando sobre las espaldas obreras.
Los trabajadores del Runfo salieron a defender su fuente de
trabajo y los del Rioplatense a defender 14 nuevos despidos
y luchar por salario. En este marco los distintos gremios
empezaron a firmas las paritarias para este año con algunas
cámaras, paritarias que son una nueva entrega del salario
obrero.
“Desde 2009 hasta
la fecha, la faena cayó cerca de un 30%, a 11 millones de cabezas, y los frigoríficos se quejan
de que no tienen materia prima para trabajar. Se estima en
el sector que la mayoría de las plantas está operando al
40% de su capacidad instalada, mientras
que unos 30 establecimientos (sobre un total de 400)
directamente habrían decidido cerrar sus puertas en los últimos
tres años. Como resultado, de los 30.000 empleos que
históricamente mantenía la industria, hoy habría unos
6.000 menos.” (La Nación - 10-04-201). Según otras
fuentes y tomando en cuenta los ciclos dos y los
trabajadores de las tercerizadas de despostada, tripería,
etc., la cifra de puestos perdidos asciende a 11.000.
Históricamente, el sector frigorífico estuvo dividido
entre los consumeros y los exportadores. Ambos rubros
cayeron en picada. El consumo de carne por habitante en el
2008 fue de 70 kilos anuales; para el primer trimestre del
2011 se está en 56 kilos, por debajo del peor momento de la
crisis del 2002 (57,8) y la tendencia es que siga bajando al
ritmo del aumento de la carne, que, según todas las
estimaciones, subirá otro 20 % en los próximos meses. En
cuanto a las exportaciones, los números también son
elocuentes: “Las
ventas al extranjero pasaron de 654.000 toneladas de res con
hueso en 2009 a 306.000 en 2010 y, según el consultor
del sector cárnico Víctor Tonelli, se estima que no llegarían
a las 270.000 este año” (ídem).
La patronal y gobierno contra
los trabajadores
Durante el conflicto con el campo por la 125 y con los
precios de la hacienda en picada, los productores de carne
empezaron a liquidar su ganado, y el
stock ganadero bajó de 58 millones de cabezas a 49 millones.
Pero ahora los productores están de para bienes, esas
tierras que eran usadas para pastura se destinaron a la
siembra de soja u a otro cultivo con precios en alza en el
mercado mundial, los que se quedaron con alguna vaquita
también tienen rentabilidad positiva con un precio promedio
$10 el kilo de ternera en pie.
La patronal faenadora está en crisis pero la resuelve por
dos caminos alternativos: un sector cerró las plantas hasta
que vuelvan tiempos mejores. E inclusive algunos vendieron y
se dedican a otra actividad más lucrativa. Otro sector
mantiene la rentabilidad gracias al bajísimo costo laboral (la hora inicial es de $12) y al aumento
de la productividad, ya que, si bien se sigue matando menor
cantidad, despidieron a cientos de trabajadores y hay menos
obreros por empresa, entonces hay una producción por obrero
cada vez mayor.
Por su lado, el gobierno, más allá de toda su retórica,
está favoreciendo la concentración y el aumento de la
producción de soja y otros cultivos, porque son una de las
principales entradas del fisco. Al mismo tiempo deja que el
kilo de asado esté en 10 dólares y que el lomo esté al
precio que pedía De Angelis en el 2008: $80. El sistema de
“las baratas”, los cortes a precios populares que tiene
como objetivo central dibujar el índice de precios al
consumidor del INDEC, es difícil de conseguir y más difícil
de comer. El gobierno “nacional y popular”, que dice
defender la mesa de los argentinos, consiguió que en la
mesa de los argentinos no haya carne y que en la mesa de los
trabajadores de la carne haya miseria.
“Se tiene que ir”
“Como todos los viernes, hay asistencia perfecta en la
"escuelita" de Guillermo Moreno. Se habla de
precios, del recientemente anunciado plan ganadero de
Cristina Kirchner para fomentar la producción de carne; se
hace algún que otro chiste y se da por terminado el
encuentro. Nadie diría, a juzgar por estos encuentros que
cada semana mantienen los representantes de la industria de
la carne con el secretario de Comercio Interior, que los
frigoríficos están pasando por su crisis más aguda desde
que en 2001”. (Ídem.)
A la cronista de la nota citada, se le olvidó informar que
a la escuelita de Moreno asisten también los representantes
de los trabajadores, es decir, la burocracia sindical. Desde
hace dos años que no
paran de caer calamidades sobre los trabajadores, y la
burocracia, de todos los colores, ha sido cómplice de cada
ataque, y se ha puesto del lado de la patronal en cada
conflicto. Dejó pasar los despidos, las suspensiones,
el cierre de frigoríficos enteros y ha firmado paritarias
miserables con sumas fijas no remunerativas a la baja. Está
claro que con estas direcciones no se va a parar ningún
ataque, ni ofensiva, no se conseguirá ningún aumento digno
y se seguirá de mal
en peor.
Pero no se van a ir solos. Hay que echarlos. Y para echarlos, hay que construir una imprescindible
unidad. Cuanto más se necesita la unidad para luchar,
para apoyar a los que luchan y para preparar una alternativa
que los eche, se hacen circular mentiras y calumnias sobre
reconocidos luchadores del gremio. Estas actitudes no llevan
a ninguna parte y sólo sirven a la patronal y a la
burocracia. Hay que unir a los sectores realmente
independientes de cualquier sector burocrático propatronal,
llámese Molina o Etchehun. En momentos cuando hay dos
importantes conflictos (ver aparte), se debe luchar por
coordinar medidas y acciones efectivas y hacer todo los
posible para que las lucha triunfen.