No es la primera vez que Navarro, dueño del frigorífico
Runfo, amenaza con despidos masivos y cerrar la planta. En
las ocasiones anteriores, eran para intentar quitar
conquistas que aún tienen los compañeros (sobre todo
salariales), pero siempre fracasó ante la resistencia de
los trabajadores, encabezados por la comisión interna. Esta
vez fue diferente: la patronal cerró la planta, y de la
amenaza pasó a los despidos masivos. Llegaron unos 400
telegramas, 270 para los obreros de Runfo y otros 130 a
trabajadores de las terceristas, como Servicio Buenos Aires
y otras. El Ministerio de Trabajo declaró la conciliación
obligatoria, con lo cual los despidos quedaron suspendidos
hasta el 20 de abril, pero la patronal está durísima,
encima ofrece indemnizaciones miserables, cercanas al 50% y
en 6 cuotas o más.
Los compañeros realizaron un importante corte de la ruta
3 el día 6 de abril durante más de 8 horas logrando que el
conflicto tome estado público. Muchos compañeros dicen
“me dan todo y me voy”: esta posición es un error, en
primer lugar porque la plata se va volando y no alcanza para
nada. Agarrar la plata es una trampa: es el pan para hoy y
el hambre para siempre. En segundo lugar, será muy difícil
volver a encontrar trabajo en el gremio de la carne por la
crisis de la actividad, y como además los años de trabajo
en el frigorífico dejan “huellas” en el cuerpo, no debe
haber ningún compañero que pase una examen médico para
entrar a otro lugar. Pero quizás, lo más importante, es no
regalarle años de esfuerzo a Navarro, que todo lo que tiene
lo hizo con el sudor de los trabajadores, mejor dicho, robándole
el sudor y la sangre a los compañeros. El que se tiene que
ir sin agarrar un mango es Navarro, y que el matadero quede
para el estado bajo control de sus obreros. El matadero ya
se lo pagaron con años de explotación. Así se asegurarían
la fuente de trabajo.
Hay que exigirle al gobierno nacional, provincial y
municipal la expropiación lisa y llana del frigorífico y
que pase a funcionar bajo el control de los trabajadores. No
puede ser que los que paguen los platos rotos de la pelea
entre el gobierno y la patronal sean los trabajadores.
Frigorífico
Rioplatense
Reincorporación
y aumento ya