Socialismo o Barbarie, periódico Nº 199, 14/04/11

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Judiciales bonaerenses: la lucha en un momento decisivo

Será justicia… 35% de aumento ya

Por Marcelo Giecco
Congresal AJB

Con la insólita promulgación de los aumentos salariales por Decreto (21 y 22% para los empleados, 26% para los jueces) Scioli pretende cerrar un conflicto que lleva un mes, con 10 días de paro, 3 movilizaciones provinciales, levantamiento de peaje en la autopista Buenos Aires-La Plata y la toma de Edificios en Quilmes, Morón y Lomas de Zamora.

A pesar del imaginario popular, el Poder Judicial no ha escapado al deterioro de lo público. Condiciones de trabajo cada vez peores, salarios cada vez mas retrasados y una nueva generación de jóvenes judiciales, muchas/os de ellos abogados, sin ninguna experiencia sindical anterior y con escaso interés en lo colectivo hasta ayer pero apremiados por las necesidades materiales han irrumpido en la escena alterando la inmovilidad que arrastrábamos desde la derrota de 2005.

La Directiva de la Asociaron Judicial Bonaerense, donde conviven en sorda disputa los dos sectores en que se partió la CTA, ha demostrado su inutilidad absoluta: en todo este tiempo fue convocada solo una vez por el gobierno para el ofrecimiento inicial, y desde entonces, se la ha pasado tratando de lograr una nueva reunión como objetivo principal. Por ello, renunció a establecer algún plan de lucha, y todas las medidas fueron continuamente improvisadas en función de “las novedades” (o sea, reuniones con el gobierno) que esperaba tener.

A principios de marzo, ambos sectores de la directiva, más preocupados por encauzar sus diferencias políticas que por la lucha salarial, convocaron a un Congreso Extraordinario de la AJB para definir su “reglamento de convivencia”, pero les explotó en la cara el día anterior la respuesta del gobierno al 35% exigido de aumento: un mísero 21% que ubica el salario inicial en menos de $ 2.500. Las circunstancias entonces, sumadas la presión de la oposición y el propio juego político de la mayoría (CTA-Micheli) forzaron al Congreso a llamar a las Asambleas a rechazar el aumento y convocar al primer paro y movilización.

La indefinición posterior, la bronca de tener el aumento más bajo de todos los estatales y un salario crecientemente erosionado por la inflación, provocaron un salto la semana siguiente en la masividad de las asambleas y en la segunda movilización de 1.500 compañeros que triplicó a la anterior. A esa altura, se hicieron evidentes los limites que le imponía la directiva a la lucha, por lo que la base de las departamentales opositoras Quilmes y Morón interrumpieron el discurso del Secretario General al grito de “Blasco / escucha / queremos Plan de Lucha” y la exigencia de transformar la movilización en una Asamblea Provincial, ante el silencio asombrado de la mayoría.

A partir de allí la burocracia olvidó todas sus diferencias y cerro filas con el viejo cuento “no nos dividamos frente al gobierno que así nos debilitamos” cuando en realidad la debilidad proviene de una política desmovilizadora de años, que prefiere un sindicato chico y débil, pero bajo control, que uno vivo posicionado en la independencia de clase, que pueda pelear por el salario y las condiciones de trabajo. “Si estás desconforme y te desafiliás, mejor”: es su consigna de cabecera.

Siguió una semana de provocaciones contra los que habían osado cuestionar el monopolio de representación de la burocracia, los rumores cada vez mas fuertes del aumento diferenciado que la dirigencia decía desconocer hasta el día mismo de la firma de los decretos, y la avanzada represiva de la Corte, dispuesta a controlar a rajatabla los descuentos por el paro, con la colaboración policíaca del Colegio de Abogados de la Provincia, pretendiendo controlar la asistencia y funcionamiento de los juzgados.

Ahora, con los decretos sancionados y los descuentos que reducen el sueldo en un 30%, la AJB se niega conscientemente a formar un fondo de huelga que sostenga el conflicto, apostando al desgaste de los compañeros y sin ofrecer ninguna perspectiva mas allá de los encendidos discursos habituales en esta gente.

Este martes 12, Quilmes dio un paso al frente bloqueando las entradas del edificio de la Suprema Corte en La Plata, de acuerdo a la resolución de su Asamblea, mientras la burocracia miraba las nubes y les negaba el más mínimo apoyo. La falta de respuestas, el ninguneo de los medios y la impotencia se derrumbaron en un instante por la fuerza de la convicción de los compañeros que prohibieron el ingreso al recinto de la cabeza de unos de los tres poderes del Estado. Genoud, uno de sus integrantes, logró entrar a los tropezones  apenas se organizaba el bloqueo a costa de varios empujones. Los que llegaron más tarde se tuvieron que volver a casa. Compromisos del cese de la presión a los empleados y funcionarios, de conseguir entrevistas con Scioli, de posibles devoluciones de los descuentos, por parte de los ministros de la Corte pueden ser una salida de ocasión para descomprimir la situación, y en las que no hay que confiar, pero sin duda muestran que profundizar la lucha no es una aventura, sino el único camino posible para el triunfo.

El miércoles 13 una nueva y masiva movilización provincial expresó la voluntad de los compañeros de no bajar los brazos.  El impacto causado por el bloqueo obligó a Blasco, para no quedar tan mal parado,  a convocar para este viernes a la toma de todos los edificios judiciales de la provincia si no hay respuesta del gobierno. Sin embargo, la Asamblea de Lomas de Zamora que había resuelto la ocupación del hall central de la Corte ese día, no recibió el más mínimo apoyo mientras realizaba la medida.

Lo que demuestra que no se puede esperar más que discursos de los directivos.

Posando de combativos, van a pretender que no se repita el bloqueo a la Corte. Como este fue más efectivo que todo lo que propuso la AJB hasta ahora, tenemos que tomar el mismo en nuestras manos para la próxima semana, discutiendo el apoyo en todas las departamentales a los compañeros que quieren luchar y que ya demostraron que la tibieza y la impotencia son sólo patrimonio de los dirigentes. Profundizar la lucha no es una aventura, sino el único camino posible para el triunfo.