Con la insólita promulgación de los aumentos salariales
por Decreto (21 y 22% para los empleados, 26% para los
jueces) Scioli pretende cerrar un conflicto que lleva un
mes, con 10 días de paro, 3 movilizaciones provinciales,
levantamiento de peaje en la autopista Buenos Aires-La Plata
y la toma de Edificios en Quilmes, Morón y Lomas de Zamora.
A pesar del imaginario popular, el Poder Judicial no ha
escapado al deterioro de lo público. Condiciones de trabajo
cada vez peores, salarios cada vez mas retrasados y una
nueva generación de jóvenes judiciales, muchas/os de ellos
abogados, sin ninguna experiencia sindical anterior y con
escaso interés en lo colectivo hasta ayer pero
apremiados por las necesidades materiales han irrumpido
en la escena alterando la inmovilidad que arrastrábamos
desde la derrota de 2005.
La Directiva de la Asociaron Judicial Bonaerense, donde
conviven en sorda disputa los dos sectores en que se partió
la CTA, ha demostrado su inutilidad absoluta: en todo este
tiempo fue convocada solo una vez por el gobierno para el
ofrecimiento inicial, y desde entonces, se la ha pasado
tratando de lograr una nueva reunión como objetivo
principal. Por ello, renunció a establecer algún plan de
lucha, y todas las medidas fueron continuamente improvisadas
en función de “las novedades” (o sea, reuniones con el
gobierno) que esperaba tener.
A principios de marzo, ambos sectores de la directiva, más
preocupados por encauzar sus diferencias políticas que por
la lucha salarial, convocaron a un Congreso Extraordinario
de la AJB para definir su “reglamento de convivencia”,
pero les explotó en la cara el día anterior la respuesta
del gobierno al 35% exigido de aumento: un mísero 21% que
ubica el salario inicial en menos de $ 2.500. Las
circunstancias entonces, sumadas la presión de la oposición
y el propio juego político de la mayoría (CTA-Micheli)
forzaron al Congreso a llamar a las Asambleas a rechazar el
aumento y convocar al primer paro y movilización.
La indefinición posterior, la bronca de tener el aumento
más bajo de todos los estatales y un salario crecientemente
erosionado por la inflación, provocaron un salto la semana
siguiente en la masividad de las asambleas y en la segunda
movilización de 1.500 compañeros que triplicó a la
anterior. A esa altura, se hicieron evidentes los
limites que le imponía la directiva a la lucha, por lo que
la base de las departamentales opositoras Quilmes y Morón
interrumpieron el discurso del Secretario General al grito
de “Blasco / escucha / queremos Plan de Lucha” y la exigencia de
transformar la movilización en una Asamblea Provincial,
ante el silencio asombrado de la mayoría.
A partir de allí la burocracia olvidó todas sus
diferencias y cerro filas con el viejo cuento “no nos
dividamos frente al gobierno que así nos debilitamos”
cuando en realidad la debilidad proviene de una política
desmovilizadora de años, que prefiere un sindicato chico y
débil, pero bajo control, que uno vivo posicionado en la
independencia de clase, que pueda pelear por el salario y
las condiciones de trabajo. “Si estás desconforme y te desafiliás, mejor”: es su consigna de
cabecera.
Siguió una semana de provocaciones contra los que habían
osado cuestionar el monopolio de representación de la
burocracia, los rumores cada vez mas fuertes del aumento
diferenciado que la dirigencia decía desconocer hasta el día
mismo de la firma de los decretos, y la
avanzada represiva de la Corte, dispuesta a controlar a
rajatabla los descuentos por el paro, con la colaboración
policíaca del Colegio de Abogados de la Provincia,
pretendiendo controlar la asistencia y funcionamiento de los
juzgados.
Ahora, con los decretos sancionados y los descuentos que
reducen el sueldo en un 30%, la AJB se niega conscientemente
a formar un fondo de huelga que sostenga el conflicto,
apostando al desgaste de los compañeros y sin ofrecer
ninguna perspectiva mas allá de los encendidos discursos
habituales en esta gente.
Este martes 12,
Quilmes dio un paso al frente bloqueando las entradas del
edificio de la Suprema Corte en La Plata, de acuerdo a la resolución de su Asamblea, mientras la burocracia
miraba las nubes y les negaba el más mínimo apoyo. La
falta de respuestas, el ninguneo de los medios y la
impotencia se derrumbaron en un instante por la fuerza de la
convicción de los compañeros que prohibieron el ingreso al
recinto de la cabeza de unos de los tres poderes del Estado.
Genoud, uno de sus integrantes, logró entrar a los
tropezones apenas
se organizaba el bloqueo a costa de varios empujones. Los
que llegaron más tarde se tuvieron que volver a casa.
Compromisos del cese de la presión a los empleados y
funcionarios, de conseguir entrevistas con Scioli, de
posibles devoluciones de los descuentos, por parte de los
ministros de la Corte pueden ser una salida de ocasión para
descomprimir la situación, y en las que no
hay que confiar, pero sin duda muestran que profundizar
la lucha no es una aventura, sino el único camino posible
para el triunfo.
El miércoles 13 una nueva y masiva movilización
provincial expresó la voluntad de los compañeros de no
bajar los brazos. El
impacto causado por el bloqueo obligó a Blasco, para no
quedar tan mal parado,
a convocar para este viernes a la toma de todos los
edificios judiciales de la provincia si no hay respuesta del
gobierno. Sin embargo, la Asamblea de Lomas de Zamora que
había resuelto la ocupación del hall central de la Corte
ese día, no recibió el más mínimo apoyo mientras
realizaba la medida.
Lo que demuestra que no se puede esperar más que
discursos de los directivos.
Posando de combativos, van a pretender que no se repita el
bloqueo a la Corte. Como este fue más efectivo que todo lo
que propuso la AJB hasta ahora, tenemos que tomar el mismo
en nuestras manos para la próxima semana, discutiendo el
apoyo en todas las departamentales a los compañeros que
quieren luchar y que ya demostraron que la tibieza y la
impotencia son sólo patrimonio de los dirigentes.
Profundizar la lucha no es una aventura, sino el único
camino posible para el triunfo.