El 2 y 3 de mayo se realizaron las
elecciones a Consejo Resolutivo y Consejeros de Convivencia
en el CNBA. En ellas se presentaron principalmente cuatro
listas: el Frente Desde Bolívar-La Caravana (chavistas), La
Jauretche (kirchneristas), el Frente 3 de Julio (Tinta Roja,
independientes, Fel, Oktubre) y Claustro Central (Franja
Morada). El resultado fue un claro primer lugar para el
Frente DB-LC con algo más del 37%, relegado al segundo
puesto salió el kirchnerismo con el 24%, tercera quedó la
izquierda con algo menos del 12% y cuarta la Franja por
abajo del 10%. Quedaron tres consejeros resolutivos para la
primera fuerza y uno para la segunda.
La derrota de los K y la necesaria independencia política
para salir a
luchar
La derrota del la agrupación K en
principio es una buena noticia, pero esto queda cuestionado
por la poca confianza en el movimiento estudiantil que históricamente
demuestran DB y LC, agrupaciones que se caracterizan por
tener mas fe en sus capacidades de genios negociadores con
las autoridades que en la fuerza de los compañeros reunidos
en la lucha. Por otro lado el resultado de la Jauretche nos
muestra una consolidación de esta agrupación al mismo
tiempo que sus límites, puesto que en un marco nacional
donde el ambiente político venia a favor del “proyecto
K” esta agrupación se estancó alrededor de los mismos
guarismos que había obtenido en las elecciones a CENBA.
Vale marcar además que su principal espacio político está
entre los compañeros de primer año, quienes recién están
acercándose a la actividad política y recién comienzan a
construir sus propias ideas de manera independiente.
Como muchos saben, para estas últimas
elecciones, a partir del llamado que realizamos desde Tinta
Roja, se conformó el “Frente de Activistas 3 de julio”.
El objetivo del frente era plantear una posición clara de
cara a las elecciones de consejos, que se plantara por un
centro de estudiantes independiente de cualquier gobierno y
para la lucha. Una posición política que Desde Bolívar y
La Caravana se niegan a asumir, dejando las puertas abiertas
a cualquier arreglo de ocasión que amenace nuestra
organización gremial. Muchos compañeros respondieron
positivamente al llamado: principalmente
muchos independientes, a los que se sumaron el FEL y
Oktubre-PO, que vieron la necesidad de generar y construir
esta alternativa de cara a las elecciones.
Uno de los principales objetivos del
frente era aprovechar las elecciones para llevar el debate
al conjunto de los estudiantes del Nacional sobre por qué
es necesario un centro de estudiantes independiente de
cualquier gobierno y por qué particularmente de este
gobierno actual. En ese sentido nuestro balance es sumamente
positivo, unas 230 personas eligieron votar al frente. Por
otro lado mucha gente que no encontraba su espacio de
militancia pudo, acercándose al frente, organizarse y
discutir una política para llevarla a cabo durante la campaña
electoral frente a todo el estudiantado.
El balance de Tinta Roja
Entendemos que fue un acierto de
Tinta Roja haber convocado a los compañeros a construir
este frente electoral que surgió como un frente amplio para
enfrentar al kirchnerismo dentro del colegio, que venía de
ganar las elecciones a CENBA. En este marco, hacía falta un
acuerdo político-electoral que fuese claro en sus bases y
limitado a la pelea concreta que teníamos que dar en las
elecciones. Esta amplitud fue la que permitió formar un
espacio en el cual participaran agrupaciones que en el día
a día del colegio no tienen mayores acuerdos programáticos
y sobre todo el hecho de que no se haya quedado como un
frente cerrado por atrás entre las agrupaciones, sino que
permitió un diálogo real con el activismo combativo del
colegio y de cara a todos los estudiantes.
Desde Tinta Roja valoramos
positivamente la constitución del Frente 3 de Julio como
frente electoral. Pero también queremos dejar clara nuestra
posición sobre la posibilidad de continuar este frente
durante todo el año de manera ininterrumpida. Tinta Roja
considera que un acuerdo político permanente requiere bases
mucho más fuertes que las que constituyen un acuerdo
electoral.
Con los compañeros del FEL y del PO no tenemos más
acuerdos que el de ser honestos luchadores, que sostenemos
una política independiente de las autoridades y del
gobierno; de allí en adelante, nuestros caminos se
bifurcan. Esta separación se hace muy profunda alrededor de
los criterios de democracia estudiantil y de la relación
entre los estudiantes y los organismos estudiantiles. Desde
Tinta Roja consideramos condición indispensable para el
triunfo de los estudiantes y para avanzar en la politización
y organización del movimiento estudiantil, que este debata
libremente y resuelva a conciencia sobre sus luchas o
posicionamientos políticos.
El FEL y el PO tienen la misma
base política, la que han demostrado tanto en el Nacional
como en el Pelle, y sin dudas el PO en la FUBA: una enorme
predilección por los acuerdos entre aparatos de espaldas a
los estudiantes. Por eso es que no vemos bases políticas
que nos permitan ir más allá de acuerdos provisionales, y
menos de construir un frente estable. El “frente” en el
futuro se va a dar en los hechos, en las asambleas en las
marchas y demás, pero no es real que éste tenga futuro en
este contexto. Como es costumbre de Tinta Roja, seguiremos
impulsando cuando la lucha lo reclame todos los espacios de
organización y participación de los estudiantes, como
fueron los plenarios de activistas. Allí, en la lucha, nos
encontraremos y construiremos el frente único que requiera
el movimiento estudiantil.