El conflicto en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini viene
desde fines del año pasado, con la elección antidemocrática
de Fornasari por medio de una terna no vinculante, de la que
los estudiantes, graduados y no docentes decidieron no
participar por considerarla antidemocrática.
A principios de año en el Pellegrini se intensificó el conflicto por un
cambio en la forma de elección de los jefes de
departamento. Así éstos pasaron a ser elegidos por el
Consejo Superior de la UBA (órgano antidemocrático
compuesto por las camarillas del kirchnerismo y de la Franja
Morada) por lo que la asignación de los nuevos puestos de
trabajo (horas cátedra) de los docentes comenzó a ser muy
arbitraria. Así es como varias horas cátedra que
correspondían a docentes con experiencia y antigüedad en
la institución pasaron a manos de docentes cuyo único mérito
era estar ligados a la burocracia de CTERA. Esto llevó a un
paro docente con apoyo de los estudiantes.
Al mismo tiempo el CS inventó un puesto trucho para Carlos Jara, un no
docente ligado a la Franja Morada. Este cargo difuso de
‘secretario de Hacienda’ demuestra que llegó al Pelle a
manejar la caja.
Frente a esta situación los estudiantes se empezaron a organizar, y la
respuesta de la gestión no se hizo esperar: el rector K
Fornasari les prohibió pasar por divisiones para informar
al conjunto de los estudiantes la situación. El 30 de marzo
a la vuelta de una marcha al Consejo Superior, las
autoridades quisieron prohibir la asamblea de los
estudiantes. Ante esto los estudiantes dijeron basta y
convocaron una masiva asamblea que llenó el patio a pesar
de las constantes amenazas de sanciones a quienes asistieran
a la misma, y allí se decidió tomar el colegio.
Luego de un impasse en la lucha para ir a una mesa de diálogo que no
condujo a nada, el Pellegrini volvió a tomarse redoblando
las medidas. Esta vez se formó un cordón en la puerta para
impedir la entrada de las autoridades. Los docentes,
no-docentes e incluso padres se unieron a la lucha.
Lo más destacable de esto es que los alumnos del Pellegrini, además de
apoyar los reclamos de los no-docentes y docentes, plantean
un cambio de fondo en la forma del gobierno del colegio: la
democratización. Esto significa que Consejos Directivos
tomen el rol de gobierno de la institución, logrando que
las decisiones sean consecuencia de la discusión entre
claustros y no de los intereses monetarios de las camarillas
como la Franja y el kirchnerismo. Es en este sentido que es
tan valiosa la lucha del Pellegrini; la conciencia de un
estudiantado que adopta un programa político que encara los
problemas de raíz hace que la experiencia sea un ejemplo de
lucha.
La renuncia de Fornasari
La semana pasada los compañeros levantaron la toma a cambio de la renuncia
del rector y la promesa de Hallú de una mesa de diálogo
para efectivizar la remoción del equipo de gestión
y que no haya faltas ni sanciones para ningún estudiante.
La renuncia de Fornasari significa un importante primer
triunfo y causó un impasse en la lucha. Pero no tiene que
ser más que esto. Ya vimos que en la primera reunión de la
mesa de diálogo (24/05) las autoridades de la UBA
manifestaron que quieren que los vicerrectores del equipo de
gestión de Fornasari asuman como interinos, a lo que los
estudiantes y docentes señalaron que el del turno tarde (Juárez
Roca) fue claramente la mano derecha de Fornasari y que
Bergman del turno noche amenazó a muchos docentes
implicados en el conflicto. La asunción de estos personajes
es inaceptable para el Pelle, que estuvo luchando desde que
empezaron las clases. Se ve claro que Hallú no va a
entregar nada sin luchar. Hay que tener cuidado de que esta
mesa no se transforme en una trampa que sirva para
desmovilizar.
El jueves ante la próxima reunión
de la mesa de diálogo, los estudiantes convocaron una
marcha al CS a las horas. Esto es clave a la hora de
afianzar la idea de seguir luchando aunque el colegio no esté
tomado, porque como ya se dijo, el CS nunca regaló nada.
También creemos que es fundamental que los estudiantes del
CNBA los apoyemos ya que sus problemas, así como los
nuestros, provienen de la falta de democracia en nuestros
colegios.