La crisis comercial desatada con Brasil por la aplicación
de las licencias
no automáticas de importación al ingreso de vehículos y
autopartes amenaza con transformarse en un problema
importante para los trabajadores de las automotrices y todas
las industrias ligadas a dicho mercado.
Este conflicto entre los gobiernos, a los trabajadores nos
trae problemas porque en las fábricas hay amenazas de
suspensiones y en algunas secciones ya lo comenzaron a hacer
como es el caso de FIAT que ha comenzado a suspender
trabajadores en sectores vinculados a chapería y carrocería.
Esta preocupación por las partes que no llegan desde el
exterior también fue utilizado por la patronal de Renault
que dice que no tiene partes para fabricar la Kangoo como
consecuencia de los terremotos en Japón.
Si bien estas suspensiones todavía no son masivas,
empieza a correr cierta preocupación en muchos de los compañeros
que vemos que las mismas serán más si es que no se logra
resolver el conflicto desde los estados y las patronales.
Pero para que esto suceda existe una complicidad del
SMATA. Ni bien surgieron las primeras suspensiones, un
sector de la burocracia se acercó a la planta para decir
“acá no pasa nada”, queriendo confiar en soluciones
entre los gobiernos. Pero es sabido por todos que si en los
próximos días el conflicto no se soluciona las
suspensiones serán más.
Estas empresas obtienen fabulosas ganancias con la
producción de automóviles, ya que el gobierno ayuda a
estos sectores subsidiando a las fábricas y por la vía
inflacionaria deteriora cada vez más el salario y esta es
otra de las preocupaciones existentes entre los compañeros,
ya que día a día ven cómo sus salarios quedan atrasados
respecto a la inflación galopante.
El rechazo al acuerdo salarial acordado por la burocracia
con el gobierno a espaldas de los trabajadores con un 7%
cada tres meses, es sentido como insuficiente frente al
incesante aumento del costo de vida en las terminales
automotrices. Este rechazo al acuerdo burocrático e
insuficiente se
reflejó en la lucha de
Volkswagen, que
han realizado un quite de colaboración por 6 semanas por un
aumento de salario superior. Ante la respuesta irrisoria de
entregarle un monto en horas equivalente aproximadamente de
$ 3.000 a cambio de una paz social, (que se realicen horas
extras todos los sábados y domingos por 28 semanas) los
compañeros lo rechazaron, pero en una votación por urnas
(que impuso la vieja burocracia) muy pareja, ganó la posición
de suspender la medida y seguir negociando una propuesta
mejor.
Los trabajadores no podemos confiar en que todo se va
arreglar, como dice la burocracia, no podemos permitir
ninguna suspensión y tenemos que organizarnos para
enfrentar los ataques que podamos sufrir en estos días y
avanzar sobre los convenios entre los gobiernos con las
burocracias y conseguir un aumento de salario acorde al
incremento real de la canasta familiar.